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Eduardo Rojas vive para hacer teatro

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Karines Sabino

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Eduardo Rojas, reconocido cultor, actor, escritor y director de teatro de Los Teques, nació en Caracas un 12 de mayo de 1965. A los 8 meses de nacido sufrió poliomielitis lo que le dejó secuelas y hoy en día lo hace una persona con discapacidad motora neurológica, sin embargo esto no ha sido un obstáculo para que pueda lograr todo lo que se ha propuesto en la vida, por el contrario aseguró que ha sido un plus.

Actualmente cuenta con 28 años de experiencia en las tablas y sostiene que lo más difícil en este tiempo ha sido luchar contra el desconocimiento de las personas que no entienden una discapacidad.

“Muchos piensan que porque uno tenga una discapacidad, no puede actuar, dirigir o escribir. Esto no ha sido una limitación para mí. Pienso que el límite es el cielo. Ser una persona con discapacidad es incentivar a otras personas que también tienen alguna”.

A sus 52 años considera que con el teatro ha conseguido paz, relajación. “Yo no vivo del teatro, yo vivo para hacer teatro. Es mi vida, lo que me inspira. Soy un escritor disidente”.

Destacó que el 80% de los montajes que realiza los escribe él. “A la hora de escribir me inspiro en lo cotidiano, así como en mis ancestros Bolívar, Guaicaipuro. Me gusta mucho el teatro de crítica social, aquel que te deja un mensaje”.

Precisó que el apoyo de su familia a lo largo de su carrera ha sido fundamental, pero sobre todo el de su madre, quien fue su maquilladora. “Ella físicamente ya no está”.

Sus pininos en las tablas

Su pasión por el arte comenzó cuando tenía tan solo 15 años de edad estando en los Jardines del Valle en Caracas, en la calle 16. “Allí a un grupo de jóvenes se nos ocurrió la idea de agruparnos para hacer algo por el barrio, por nosotros mismos. Entonces, conformamos un centro cultural que denomínanos Centro Cultural Juventud Unida. En este lugar cada quien estaba en lo que le gustaba, en mi caso era el teatro”.

Subrayó que su primer trabajo en este mundo lo iba a hacer como actor con el montaje de Flora y Ceferino, una canción de Alí Primera, en donde personificaría al sacerdote de la historia. No obstante, por cosas del destino no pudo desarrollar ese papel.

“Eso fue a mediados de 1983. Se podría decir que esos fueron mis primeros pininos porque oficialmente comienzo cuando llegó a Los Teques de la mano de Eliseo y Janet Naranjo, a quienes considero mis maestros y guías. En ese tiempo trabajaba en la policía de Miranda como administrativo y se forma un grupo de teatro institucional bajo la tutela de estos dos grandes”.

Aseguró que comenzó en las tablas de atrás hacia delante. “Empecé con un taller de teatro, que consistió en un año de formación y luego decido tomar clases y cursos cortos con diferentes actores entre ellos Gustavo Rodríguez.

Apuntó que su debut ocurre el 15 de agosto de 1989 en la Casa de la Cultura de Los Teques, con una versión de “La Jefatura del Pueblo” de Aquiles Nazoa, en donde personificó al jefe civil.

Es patrimonio Cultural de Miranda

Expresó que en el año 2009 le dan el ejecútese como cultor y patrimonio del estado Miranda. “Eso fue una inyección de ánimo, porque venía de pasar momentos difíciles. Es una oportunidad que se da en el 2007 porque nos pidieron una serie de recaudos y los lleve. En esa época estaba Iván Ledezma en Cultura. Posteriormente me llaman y me dicen que quede seleccionado como cultor y patrimonio del estado”.

Puntualizó que eso es un orgullo porque implica que tienes que hacer muchísimo mejor las cosas cada día, pero no por el hecho de serlo, sino por el hecho que tienes esa mirada sobre ti.

Recalcó que en estos momentos se encuentra en proceso de certificación de maestro pueblo por la universidad Simón Rodríguez. “Considero que cuando tenga ese pergamino en la mano será uno de los sueños más grandes que haya podido concretar. La palabra maestro es muy grande y pueblo mucho más. Ser maestro pueblo es precisamente que reconozcan tu labor como cultor y creador”.

Siempre le ha gustado enseñar    

Por otro lado, es importante mencionar que siempre le ha gustado enseñar. Hoy en día es docente especialista en teatro del Ministerio de Educación.

“En estos momentos estoy dictando clases en el liceo Julio Rosales, las he dictado todo el tiempo, pero es diferente cuando se conforman los grupos estables con los niños. Me gusta trabajar mucho con ellos y con los jóvenes. Considero que acá en Los Teques tenemos mucho talento, no solo en teatro sino en todas las áreas”.

Señaló que con los muchachos se viene haciendo un trabajo bastante fuerte. “A parte de esto tenemos un proyecto con el Gabinete Cultural de Miranda, con el ministerio de la Cultura. Soy animador socio cultural HP y estamos haciendo el enlace porque los sábados dictaremos talleres de formación de teatro, los cuales tendrán una duración de un año escolar. Allí haremos énfasis en la historia del teatro de Los Teques”.

Al preguntarle qué le falta por hacer y con qué sueña respondió: “Siempre va a faltar algo por hacer. Sueño con continuar haciendo teatro, ver a los muchachos que he preparado ser directores de teatro. El verlos a ellos es parte de ese sueño”.

Manifestó que en unos diez años el teatro seguirá siendo parte esencial de su vida y no descarta más adelante escribir un libro acerca de sus vivencias en este mundo.

“También me gustaría escribir sobre lo que se hace en los Teques en este aspecto, porque necesitamos colocarlo en el lugar en el que estaba en los años 60,70,80. “Necesitamos reivindicar ese lugar que tenía el teatro de Los Teques ”.

Enfatizó que es necesario que se forme una generación de relevo. “Estoy preocupado y ocupado en formar una generación de relevo. Yo no quiero hacer teatro a los 70 años, yo quiero sentarme a verlo”.

A manera de anécdota relató que hace escasamente unos días colaboró con unos compañeros de un plan vacacional y las recreadoras le informaron que tenían a un niño de 8 años invidente y no había participado en ninguna actividad.

“Me lo senté en las piernas y le dije vas a ser el narrador de una puesta en escena que haremos, es una especie de teatro interactivo. Luego que culmina el niño me pregunta: ¿profesor lo hice bien?, ¿los actores cómo trabajaron?, ¿se guiaron por lo que yo dije? A lo que respondí que sí y él dijo: “entonces yo sirvo para hacer teatro”. “Eso me partió el corazón y el alma”./lb

Fotos: Williams Sánchez

Pie de foto: Cuenta con 28 años de experiencia en las tablas

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