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“El escultismo busca la transformación del ser humano”

SRA SCOUT1

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Karines Sabino

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18/07/16 -.  Amarilis Jiménez, es una valiosísima mujer que nació en Caracas y vive en Los Teques hace aproximadamente 33 años, desde entonces y hasta la fecha ha emprendido maravillosas actividades que la definen como una servidora entregada, perseverante, única y brillante. “Una vez que me mudé de Caricuao para acá me postulé para entrar a trabajar en el Victorino donde he cosechado una gran cantidad de experiencias significativas”.

Su profesión de base es la enfermería, posteriormente se hizo docente, más adelante voluntaria scouts y recientemente socia del Rotary Club. Se vea por donde sea, la misión de este noble personaje es servir al prójimo.
Relató que es profesional de la enfermería desde hace más de 30 años, obtuvo su título en la Escuela Nacional y comenzó a trabajar en el Hospital Militar, luego en el Domingo Luciani hasta que se vino al Victorino Santaella, donde ya cuenta con 25 años de servicio.
“Siempre he sido enfermera de atención directa, pero hace algún tiempo me designaron como supervisora por la experiencia que he acumulado y porque cuento con un postgrado de gerencia en salud”.
Defensora de un compromiso
“Estoy a la espera de mi jubilación convencida de que ejercer esta profesión es actualmente una dura tarea por la situación que atravesamos a nivel general y de la que no escapamos, este hospital sigue siendo muy importante para los Altos Mirandinos porque en algún momento todos acudimos allí y a pesar de algunos déficits o excepciones podremos encontrar gente dispuesta a brindar lo mejor de sí para aportar alguna solución”.
Explicó que ha visto de primera mano el compromiso de muchos profesionales, que se ponen en el difícil lugar del paciente y les ayudan porque respetan el compromiso ético con el que asumieron su rol. “Todavía hay conciencia, médicos y enfermeras batallamos con una realidad ineludible, pero tenemos valor y vocación para seguir. Siempre he dicho que esta es una profesión de conciencia y corazón, no hay que dejarse dominar del pesimismo porque hay que avanzar, la salud es lo primero”.
Formando servidores
“Me incliné hacia el área de salud por tradición, en mi familia hay muchos médicos y enfermeras, me corría en las venas por herencia. Me gusta muchísimo poder brindar bienestar e incluso involucro mi otra pasión de enseñar con la de sanar”.
Jiménez es docente de la Uptamca desde el 2004, actualmente está culminando un doctorado de Educación en la UPEL. “Ser docente es una oportunidad maravillosa que te permite marcar la vida del otro a partir de la enseñanza, he podido disfrutar la experiencia de compartir con los jóvenes que escogen la enfermería como profesión y disfruto orientarlos, es muy interesante y significativa la labor que cumplen los enfermeros hoy día, es por ello que hay que formarlos con una visión integral para articularlo con el trabajo que desde siempre han hecho de forma clínica”.
Visiblemente emocionada confesó que su mayor logro es formar profesionales de la salud exitosos, que más allá de saber hacer bien su trabajo logran ser personas de bien, que sepan combinar ambas cosas para surgir.
Un movimiento para la vida
“Tengo 15 años en el escultismo, que no es más que es el método educativo de los scouts para transformar al ser humano, es en definitiva un movimiento para la vida. Cuando Dios me llame de este mundo quiero hacerlo con mi uniforme scouts puesto, porque con su premisa he logrado hacer lo que tengo que hacer y me siento feliz con eso”.
Todo comenzó gracias a David Jiménez, su único hijo, quien a los 10 años pasó a ser parte del grupo Paramaconi distrito Guaicaipuro, radicado en los espacios del Ateneo de Los Teques. Un día él la convidó a ingresar como adulto colaborador, tras descubrir la filosofía de este grupo quedó cautivada y comenzó a asistir a sus actividades para capacitarse, hoy pertenece a la junta directiva del grupo.
“La forma en que los scouts transmiten enseñanza para exacerbar ética y valores en los muchachos, en un proceso educativo continuo y envolvente para niños desde los 6 años hasta jóvenes de 21, es una tarea que hay que impulsar cada vez más porque la intención es promover ciudadanos íntegros”.
Refirió que cuando llegan los sábados se alegra mucho, “espero con ansías toda la semana ese día porque disfruto mucho con cada integrante, somos 62 personas, 50 niños y jóvenes aunados a 12 adultos colaboradores que dirigen las diferentes unidades. Es fascinante trabajar con personas comprometidas a enriquecerse y que forman jóvenes productivos, donde hacemos énfasis en el valor a la vida y la importancia de servir al otro, lo que les permitirá transformar su ser”.
Asegura que los jóvenes que se forman en el escultismo son mucho más proactivos y que incluso reciben instrucciones tan completas que no se dejan impactar por su entorno; lo que demuestra que son influenciados de adentro hacia afuera y no al contrario, “eso se logra desde que llegan siendo muy pequeños, porque se obtienen mejores resultados puliendo ese diamante al que se le puede sacar mucho provecho”.
Complemento enriquecedor
Pese a que llegó hace solo dos años al Rotary Club de Los Teques, expresó que vivir esta etapa de su vida allí es maravilloso, “es la vinculación entre una persona de edad, experimentada con la ayuda social desde el servicio a la comunidad”.
Explicó que desde el Rotary tienen grandes proyecciones y que pretenden trabajar en conjunto con los scouts. “Fusionar ambas labores es muy significativo para mí, para las asociaciones y para los beneficiados”.
Lo que más le satisface a esta noble mujer es que cada una de sus actividades su hijo le acompaña, él es su motor y su fuerza. “Es increíble las cosas que me dice y la forma en que me motiva, incluso me aconseja y eso me reconforta porque veo que hay una labor que se ha hecho bien, soy madre soltera y siento que gracias a Dios hago un buen trabajo”./lb
Foto:  (William Sánchez)/ Maribel Sánchez

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