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Maykel Barboza, un servidor indetenible

maykel barboza

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Karines Sabino

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La frase no es posible, definitivamente está eliminada del vocablo del sargento primero Maykel David Barboza Moreno, en su lugar podría decirse, tras conocer su fascinante historia, que emplea el término indetenible; porque con perseverancia, determinación y valentía ha salido adelante y con ello a su familia, a pesar de las adversidades que la vida se ha empeñado en fraguarle.

“Tengo dieciocho años de servicio en el Cuerpo de Bomberos del estado Miranda, me enorgullece decir que a pesar de las limitaciones que poseo me mantengo activo al 100%; nací en el antiguo hospital Policlínico de Los Teques, siendo el segundo de seis hermanos, el mayor se desempeñó también como apaga fuegos por algún tiempo. En honor a la verdad, jamás imaginé ser parte de esta institución por tantos años, pero las vueltas de la vida me enamoraron de mi carrera”.

Sus estudios de primaria transcurrieron entre la unidad educativa Simón Barreto Ramos y la Manuel Clemente Urbaneja, ambas ubicadas en La Matica. Educación básica la cursó en el liceo Vicente Salias y egresó como técnico medio en Mercadeo de la Escuela Técnica Comercial Dr. Jesús Muñoz Tébar en 1995.

“Cuando estudiaba 4to año, nació mi primera hija. Con toda la responsabilidad que ameritaba el caso hice frente a la situación sin dejar de lado el liceo; comenzó una nueva etapa en mi vida y empecé a trabajar, la primera oportunidad la tuve en los talleres de rotativa del diario Avance, donde estuve como ayudante del señor Virgüez por año y medio. Una vez que me gradué, pude desempeñarme en otros oficios hasta que por fin, siguiendo los consejos de mis padres presenté en 1998 la prueba para ingresar a los bomberos”.

En ese primer intento no logró quedar seleccionado, pero con miras a crecer personal y profesionalmente, pese a no ser la carrera de sus sueños, volvió a presentar un año más tarde e ingresó como alumno. “En el camino a través de la capacitación que obtuve me fui enganchando del oficio, atraído por la importancia que tiene el servicio bomberil, donde ayudar a los demás es la premisa. Recuerdo que la práctica la comencé en Guarenas, de allí salí a la escuela en Cúa por seis meses y en diciembre de 1999 me gradué”.

Estrenó su título de bombero justo cuando se dio la inolvidable tragedia de Vargas, experiencia que calificó como fuerte porque incluso pasó una semana fuera de su casa brindando servicio mientras conocía situaciones precarias y lo más crudo del dolor humano. Recordó que Barlovento y Guarenas se vieron muy afectados por esas lluvias, así que allá fue destacado por sus superiores como bombero raso en la División de Operaciones, donde permaneció por cuatro años.

“En esa zona el trabajo era bastante fuerte, muy movido siempre. Una vez que me dieron cambio para Los Teques ese ritmo mermó un poco, durante año y medio estuve involucrado ya en el rango de distinguido en varios siniestros, con menor intensidad de los que vivía en Guatire. Como desde niño siempre había sido muy dado hacia los deportes, participé dentro de la institución en las disciplinas de voleibol y baloncesto, lo que me llevó en 2006 a representar a mi división en los Juegos Internacionales de policías y bomberos en Sao Paulo, donde 25 atletas cosechamos alrededor de 50 preseas”.

Golpe bajo

Para septiembre de ese mismo año participó como funcionario de prevención en el Plan Vacacional para los hijos de los trabajadores de una institución pública, estuvo trabajando en eso por una semana consecutiva en jornada de 24 x 48 y tras eso fue merecedor de un permiso para descanso, momento que aprovechó para disfrutar con familiares y amigos.

“Una noche andaba compartiendo con uno de mis hermanos menores en el centro de Los Teques, se nos hizo un poco tarde y decidimos subir caminando para nuestra casa en La Matica. En el camino, ya en la comunidad, nos encontramos con unos amigos con quien nos pusimos a conversar un rato, en ese instante pasa por el lugar un joven que tiempo atrás había tenido un percance con mi hermano y lo increpó a pelear, con arma de fuego en mano”.

Maykel prosiguió su relato, “intenté mediar para calmar al sujeto pero este disparó contra mi hermano, al intentar auxiliarlo me hirió a quemarropa en la espalda y caí al suelo inconsciente por unos minutos. Entre una y otra cosa fui a parar en un centro de salud donde fui intervenido quirúrgicamente, la bala perforó dos caras del estómago, el colon, perdí el hígado, el bazo y por supuesto la movilidad en ambas piernas. De broma la estoy contando pero doy gracias a Dios por esta segunda oportunidad de vida”.

Tres meses después, el infortunio volvió a tocar las puertas de Barboza, cuando se vio complicado con una severa asepsia interna que lo mantuvo hospitalizado por algún tiempo pero que superó de manera satisfactoria. Sin embargo, ambos episodios, lejos de apaciguarlo, lo estimularon a seguir adelante con la intención de velar por sus hijas, la más pequeña tenía un año de haber nacido, y de demostrarse a sí mismo que las barreras no existen, además de que las limitaciones no son excusa para dejar de surgir.

Adelante siempre

“Tuve la oportunidad de viajar a Cuba por tres meses para realizar una rehabilitación integral que me permitiera hacerme más independiente, al regresar manifiesto al comandante Iván Saavedra mi intención de incorporarme a trabajar, a lo que accedió de inmediato ubicándome en la parte administrativa en la División de Educación, donde permanezco activo coordinando diferentes actividades educativas y deportivas en pro de mis compañeros y de la institución que represento; me gusta ser cumplido en mi trabajo y hacer las cosas bien”.

No obstante, Maykel, sin conocer obstáculos decidió sacar una carrera universitaria en el antiguo Cultca, donde en 2014 se graduó como TSU de Prevención y Salud en el Trabajo, el próximo 20 de julio está por hacer lo propio pero ya a nivel de licenciatura en la actual Uptamca. Su optimismo ante la vida, le han permitido mantenerse firme y con ello servir de ejemplo para todo el que tiene la bendición de conocerlo.

“Mi mayor inspiración fueron y siguen siendo mis hijas, la satisfacción más grande que tengo es verlas crecer y sacarlas adelante por mis propios medios. Considero que soy de los que no conoce límites con tal de lograr mis objetivos. Gracias a la dedicación con la que me gusta hacer las cosas, en agosto del año pasado fui condecorado con la orden Francisco de Miranda durante la celebración del Día Nacional del Bombero”./lb

*Representa un verdadero ejemplo de superación

 

MARIBEL SÁNCHEZ

 (Víctor Useche)

 

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