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Miriam Adrián, una especialista de la moda playera

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Karines Sabino

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Los trajes de baño no pueden faltar en el closet y Miriam Adrián es esa mujer que con sus maravillosas manos los diseña, corta y confecciona con tanta calidad que sus creaciones ya traspasan fronteras; sin duda alguna, una emprendedora que vale oro.

La tela de lycra se ha convertido en la verdadera protagonista de su vida durante 25 años, y los que faltan para seguir demostrando de Los Teques para el mundo, su talento y esa verdadera esencia que la caracteriza en este estupendo ámbito de la moda playera.

Esta talentosa mujer, nació un 4 de julio; tequeña al mil por ciento. Creció en Carrizal, en la comunidad José Manuel Álvarez y no fue sino a partir de los 11 años en los que se mudó al populoso sector La Cruz, en el municipio Guaicaipuro, donde reside hasta la actualidad.

Reveló que sus estudios de primaria transcurrieron en la escuela Víctor Padilla y la Rodríguez López; en cuanto al bachillerato, en el Muñoz Tébar. Además de eso es Contador Técnico.

Sus primeros pasos en la costura fueron desde muy chama, “tenía 12 años y todo lo cosía a mano, cositas sencillas, me gustaba tanto que le dije a mi mamá que me comprara una máquina para hacer ropita”.

Por medio de un préstamo, su mamá logró comprarle su primera máquina de coser, “nunca olvido que costó para aquel entonces Bs. 600; de ahí comencé a coser ropa fácil de hacer como falditas, pantalón y así, sin hacer un curso previo, solita aprendí”.

Luego decidió realizar un curso de corte y costura cuando estaba en tercer año de bachillerato para perfeccionar lo que ya venía haciendo desde hace un tiempito atrás, “sin embargo, nunca me gustó dedicarme solo a eso, pero más adelante cuando me gradué de Contador, conocí a Alba Vizcaya”, esa amiga que la llevó a conocer la moda playera.

“Ella siempre me invitaba a los cursos y yo le decía que no me daba tiempo, hasta que un día me animé y terminé por aceptar. Quedé encantada, me gustó, me fascinó, me enganchó por completo”.

Miriam expresó que sabe hacer muchas cosas entre ellas las manualidades, pero lo que siente por los trajes de baños es otro nivel. “Para hacer las cosas bien y que queden perfectas tienes que ponerle amor y cariño, eso es lo que pasa con este oficio que tantas satisfacciones me ha traído”.

Después de esa experiencia, llegaron a Los Teques, los dueños de una revista reconocida en este ámbito para brindar un curso por 15 días y las dos lo hicieron, “de ahí para acá nos fuimos perfeccionando, ya cada una diseñaba y confeccionaba, eso era lo que nos faltaba para ponernos a laborar”.

Más adelante, comentó que incluso, hubo una época en la que ambas se asociaron, “trabajábamos juntas en la casa de ella y hacíamos los pedidos; luego poco a poco me fui independizando, comprando mi máquina y las demás cosas. A ella le agradezco por presentarme este mundo del cual no me quiero separar”.

Desde que el hospital Victorino Santaella abrió sus puertas el 16 de noviembre 1988, esta incansable mujer empezó a trabajar en el área administrativa donde estuvo alrededor de 22 años. Pero se tuvo que retirar por problemas de salud.

En paralelo a ese trabajo, los fines de semana se dedicaba a coser, “yo empecé haciéndole las pantys y los interiores a mis hijos y el primer traje de baño que hice fue para mi hija recuerdo que tenía unos ocho años más o menos”.

En la actualidad, esta luchadora mujer cuenta con su propia marca, Miriam Swimwear, marca que ha sabido cómo ganarse el corazón de sus clientas y que actualmente se encuentra en su mejor momento, puesto que se está dando a conocer en países como Panamá y Colombia.

Cuenta con su propio taller y en conjunto con su hermana Evelyn Adrián quien es su mano derecha y con quien trabaja; sacan las piezas más exclusivas con la finalidad de brindarle un producto bello y de calidad.

Luchadora y trabajadora

“Me encuentro pensando en trabajar para la propuesta de una clienta que se encuentra en Panamá, de aceptar un pedido de 200 trajes de baño, es algo que va más allá de lo que me imaginaba y me llena porque me doy cuenta de que lo que hago es de calidad y valoran mi esfuerzo”.

“A quien le guste la costura debe luchar mucho por lo que quiere porque no es fácil, pero nunca hay que darse por vencido, el que persevera vence y que te guste, siempre debe tratar de hacer las cosas con amor y con ganas de hacerlo cada vez mejor. Siempre hay algo que aprender”.

Dijo que entre las satisfacciones que le ha brindado su profesión, es saber que a sus clientes les gusta lo que hace, “esa cara de felicidad indescriptible cuando se miden el traje de baño, eso es lo que llena. Ese ‘Dios bendiga sus manos’”.

La costura para ella ha significado todo, “mi trayectoria, sustento, saqué a mis hijos adelante a través de eso, me llena en todos los sentidos esta profesión”.

Por otro lado, mencionó que tiene dos hijos, la hembra es especialista en gestión de talento humano y el varón es licenciado en Enfermería, “el varón y una nieta son a los que le gusta la costura al igual que a mí”.

“Él empezó haciendo tapabocas y gorros hospitalarios, ahora hace suéteres y monos escolares. En cambio a la hembra no, lo de ella son las manualidades, es muy detallista y buena en eso, de hecho me ayuda cuando los trajes de baños tienen pedrerías”.

“En cambio la hija de ella, de ocho años, se sienta conmigo en la máquina y ya sabe dominarla, corta la ropa para las muñecas, así es como se comienza”.

Para contactarse con Miriam Adrían pueden hacerlo a través de su cuenta en Instagram: @miriam_swimwear /lb

Fotos: William Sánchez

 

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