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Perfiles // Regando luces

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Los maestros, personas queridas y respetadas a nivel mundial, son los encargados de regar, donde quiera que se encuentren, las luces, léase ideas, que contribuyen a la formación del ser humano, a guiar a los que los escuchan por senderos libres de obstáculos.

Los maestros están considerados como los primeros civilizadores. Las escuelas, los libros, las palabras de los educadores, las bibliotecas, los periódicos, entre otros elementos claves en el proceso enseñanza aprendizaje, son los pilares fundamentales en el crecimiento de los pueblos. Uno de nuestros sabios, Cecilio Acosta, cabeza luminosa, elevado humanista, planteó, en uno de sus medulosos ensayos, como todos los que salía de su pluma, en relación a la educación, sentenció: “Enséñese lo que se entienda, enséñese lo que sea útil, enséñese a todos; y eso es todo”. Al lado de la educación, Cecilio Acosta atribuía gran importancia a la imprenta y al periódico, al que bautizó como “libro del pueblo”. Otro de nuestros cerebros, uno de los mejores formados de Venezuela y América, Andrés Bello, sostenía que la educación era uno de los objetos más importante y privilegiado… la base de todo sólido progreso.

GRANDES CIVILIZADORES

Dentro de los grandes civilizadores venezolanos, quienes, a pesar de las murallas que colocaban los que deseaban mantener un pueblo en penumbra, nos vamos a encontrar con nombres que, con el correr de los años, siguen siendo ejemplos de dignidad, convirtiéndose, gracias a la obra que dejaron, en lo que conocemos como indicadores de los caminos que conducen hacia estadios superiores, entre ellos, todos maestros, fieles creyentes que, para hacerle frente al caudillismo y a todo lo que esa enfermedad social ha significado en América de habla hispana, se encuentran los nombres de Simón Rodríguez, Andrés Bello, José María Vargas, Cecilio Acosta, Egidio Montesinos, Martín J. Sanabria, Agustín Aveledo, Luis Ezpelosin, J. M. Núñez Ponte, Rómulo Gallegos, Roberto Martínez Centeno, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Mariano Picón Salas, Luis Caballero Mejías, Miguel Suniaga, entre muchos otros que sería largo enumerar. Los hombres de pensamiento, los que colocan sus conocimientos al servicio de sus semejantes, como el caso de los maestros, permanecerán en el recuerdo de los que bebieron en sus mensajes, indicadores de rumbos a seguir. Los maestros, se tienen, en las grandes urbes, como en los más apartados rincones de la tierra, como forjadores de conciencias. La tarea de los maestros está considerada, a pesar de no ser reconocida por muchos gobiernos del planeta, como una de las más dignas del género humano.

ENCARGADOS DE ABRIR LAS PUERTAS DEL SABER

El maestro, ser cargado de angustias y buceador en las fuente del saber, es considerado por   Domingo Faustino Sarmiento como el que “abre las puertas cerradas al hombre naciente y le muestra el camino; él pone en relación al que recibe sus lecciones con todo el mundo, con todos los siglos, con las naciones, con todo el caudal de conocimientos que ha atesorado la humanidad”. Los maestros viven para abrir puertas, para señalar nuevos horizontes, para inundar de conocimientos a los que deseen salir de la penumbra. Lo antes trazado se identifica con lo que señalara Simón Bolívar acerca de lo que le enseñó Simón Rodríguez, uno de los maestros que tuvo en Caracas. En una parte de la carta que Simón Bolívar redactara en Pativilca el 9 de enero de 1824, le dice a su maestro: “Ud. Formó mi corazón para la libertad, para la justicia, , para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Ud. me señaló. Ud. fue mi piloto aunque sentado sobre una de las playas de Europa. No pude Ud. Figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que usted me ha dado, no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que usted me ha regalado.”

ADMIRABLE TAREA EDUCATIVA EN LOS TEQUES

En Los Teques, a partir de 1891, cuando se inaugura el tramo ferrocarrilero de Caracas hasta la hoy capital mirandina, momento trascendental en la vida de la familia tequeña, se inician nuevas actividades, entre ellas las educativas, las construcciones sedes de instituciones para la enseñanza que sustituirán progresivamente a las llamadas escuelitas familiares. Las perspectivas que se presentaban en Los Teques en los primeros años del siglo XX, las aprovechó el médico y pedagogo José de Jesús Arocha para trasladar hasta ésta quebrada geografía, en 1912, el Liceo “San José”.. Para 1916, se crea la escuela “Jesús María Sifontes”, donde cumplen una meritoria tarea las educadoras Anita Espinal, Virginia Lange y Bárbara María Parra. En 1932, Los Teques tendrá otro colegio, el “María Auxiliadora”, regentado por las Hermanas Salesianas. En 1946 se alza el moderno Grupo Escolar “República del Paraguay”. Ese mismo año, 1946, los jóvenes encontrarán en el Liceo “Francisco de Miranda”, instituto que tuvo como punto de partida el colegio Miranda, fundado por el sabio educador José Antonio Rodríguez López y donde los jóvenes encontrarán nuevas oportunidades.

ELLOS FORMARON CONCIENCIA CIUDADANA

En la Escuela Normal “Eulalia Buroz” de Los Teques se formó una buena cantidad de maestros, entre ellos Rosa Oviedo de Gil, quien sostiene, como principio básico de su dilatada misión como profesional del magisterio, que si volviera a nacer, sería de nuevo maestra. En todos esos planteles arriba nombrados, así como en la escuela “Sagrado Corazón de Jesús” y los que abrirán sus puertas más tarde, se desempeñaron educadores de méritos en su profesión, considerados por quienes ellos formaron, como sus grandes mentores. Entre ellos José Antonio Rodríguez López, María Teresa Nezer, Perla Ettegui, Ramos Sucre, el padre Isaías Ojeda, Anita Espinal, José Manuel Deseda, Josefina Palazzi, Marco Antonio Martínez, Pedro Felipe Ledezma, Adelo Alemán, José Antonio Román, Rafael Ortuño Suárez. José Ángel Mendoza. Larga la lista de los forjadores de conciencia en Los Teques. Los historiadores Ildefonso Leal y Aníbal Laydera Villalobos, destacan en sus libros el significado de los maestros nombrados y de los que por espacio no aparecen en esta nota. A todos les rendimos los honores correspondientes, por celebrarse hoy un año más de haberse fundado, el 15 de enero de 1932, la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria. /Por Jesús María Sánchez

Los Teques. 14012017. Jesús María Sánchez

sanchezjesusmaria@hotmail.com

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