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Perfiles: Nota musical sobre Chacao

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El nombre de la villa de Chacao está unido al cacique del mismo nombre, quien, al lado de Guaicaipuro, le hizo frente a los conquistadores españoles, siendo vencido por Diego de Losada, fundador de Caracas, en la conocida batalla de Maracapana.

Los estudios históricos nos dicen que antes de esta batalla, la de Maracapana, el cacique Chacao había sido hecho prisionero por el también conquistador Juan de Gámez y luego puesto en libertad por órdenes del fundador de Caracas, lo que le permitió formar alianza con el líder de las tribus Teques y Caracas y enfrentar al blanco invasor.

Con el correr de los años la geografía bautizada en honor al valiente cacique Chacao, se transformará en terreno propicio para el desarrollo de la agricultura, surgiendo posesiones donde se cultivaba caña de azúcar, café y pasto para las vacas que se ordeñaban en las vaqueras atendidas por inmigrantes llegados de las Islas Canarias. Eran tierras fértiles que se prestaban para las actividades agrícolas y pecuarias. Se sabe también que Chacao llegó a convertirse en centro de actividades musicales durante la colonia y donde conocidos personajes en el universo de la cultura y la religión, se instalaron en sus espacios.

CAFÉ Y MÚSICA

En las cercanías de Chacao llegaron a tener haciendas, entre otros ilustres venezolanos, Pedro Ramón Palacios y Sojo, mejor conocido como El Padre Sojo, quien era dueño de “La Floresta”, Don Bartolomé Blandín, propietario de los terrenos donde hoy está el Country Club y José Antonio Mohedano, reverendo como Sojo, quien mantuvo la posesión “San Felipe”, donde comienza a sembrar café. Con relación a la siembra y cosecha del café en la propiedad del padre Mohedano, el musicólogo José Antonio Calcaño en su obra “La ciudad y su música”, escribe: “La historia de lo que es nuestra música se ha llamado Escuela del Padre Sojo, está íntimamente ligada, por raro que parezca al cultivo del café en el valle de Caracas”. El sabio Arístides Rojas, de dilatada actividad como historiador y bibliógrafo, en su ensayo “La primera taza de café en el valle de Caracas”, ofrece una detallada narración del ofrecimiento de la aromática bebida a las personas invitadas, a la hacienda de Blandín, mientras un selecto grupo de músicos interpretaba un escogido repertorio.

FIESTA PARA TOMAR CAFÉ

Siguiendo las notas redactadas por José Antonio Calcaño, caraqueño de dilatada obra musical dentro y fuera de Venezuela, basándose en las investigaciones de Don Arístides Rojas, José Antonio Díaz y Ramón de la Plaza, informa que en Chacao no existió ninguna escuela musical, conclusión a la que se llega después de la lectura de lo escrito por Don Arístides Rojas. Lo que si reseña claramente Arístides Rojas fue todo lo relacionado con la fiesta para tomarse el café en la casona de la hacienda de Don Bartolomé Blandín, donde se bailó y se oyeron los cuartetos musicales y canto de algunas damas. Don Arístides Rojas revela que la familia Blandín era gran aficionada a la música, logrando, al lado del Padre Sojo, reunir en sus haciendas de Chacao a músicos caraqueños y organizar reuniones musicales. De estas actividades musicales desarrolladas en Chacao por Bartolomé Blandín y el Padre Sojo, fueron testigos los viajeros científicos alemanes Bredemeyer y Schultz.

CHACAO SE ATÓ A LA HISTORIA MUSICAL DE VENEZUELA

Lo cierto es que Chacao, como lo señaló al comienzo de este trabajo, se ató a la historia musical venezolana, gracias a los nombres de personajes de las dimensiones de José Antonio Mohedano, Bartolomé Blandín y Pedro Ramón Palacios Sojo y Gil de Arratia, el Padre Sojo, quienes al lado del cultivo del café, contribuyeron a la difusión del trabajo musical que se cumplía en Caracas, concretamente en el Oratorio San Felipe Neri, creado por el Padre Sojo, hijo de Guatire, perteneciente a una de las familias más distinguidas de Caracas, propietarias de fundos en distintas partes de Venezuela y emparentada con la madre de Simón Bolívar. Para aquellos años, cuando se desarrolla el cultivo del café en Chacao, el lugar se presentaba lejano para los caraqueños y, hasta donde era muy difícil trasladarse, debido a la no existencia de buenos caminos. La travesía se cumplía empleando caballos, mulos, mulas y carretas.

PARA EL AÑO DE 1928 TODAVÍA ERA DIFÍCIL LLEGAR A CHACAO

Todavía, para el año de 1928, uno de los estudiantes preso ese año, Inocente Palacios, cuando lo trasladaban a Araira (Distrito Zamora, capital Guatire), en calidad de preso político, al lado de una gruesa legión de compañeros por escenificar protestas contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, decía que Caracas llegaba hasta Quebrada Honda y para ir hasta Sabana Grande, había que transitar una carretera de tierra muy mala, la que luego seguía hacia Los Dos Caminos, Chacao, Los Chorros y Barlovento. Nuestro informante, quien luego con el correr de los años se convertiría en uno de nuestros espigados difusores del arte y de la música en nuestro país, describía a Sabana Grande como excelente lugar de esparcimiento hasta donde se dirigían familias en coches halados por caballos, mientras que de Quebrada Honda salía un ferrocarril hacia los Valles del Tuy, con sus locomotoras Guaire y Siquisique. A Petare, Los Dos Caminos y Los Chorros, se llegaba mediante un tranvía eléctrico.

EN CHACAO SE COSECHABAN ESTUPENDAS CARAOTAS

Revelaba Inocente Palacios en entrevista concedida a María Matilde Suárez, que en Chacao se cosechaban las más estupendas caraotas, conocidas como “caraotas de Chacao”, mientras que los mejores mangos se encontraban en Gamboa y Cotiza. Al hacer mención de los gobiernos de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, comentaba que en esas administraciones el pueblo vivió la paz del terror y la paz del silencio. Esa paz también se le conocía como la que reinaba en los cementerios.

Los Teques. 03022017. Jesús María Sánchez.

sanchezjesusmaria@hotmail.com

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