La fuerte lluvia con brisa que cayó el viernes en la noche volvió a asustar a los residentes del callejón San Antonio, en la bajada de El Tambor, que vieron con impotencia cómo sus viviendas se inundaron de nuevo.
“Cuando creíamos que todo volvía a la normalidad después de la amarga experiencia que vivimos el pasado dos de noviembre, cuando 40 casas, incluidas las del callejón San José resultaron anegadas, reaperce la pesadilla. No podemos vivir angustiados”, declaró Michel Ustáriz, una de las afectadas.
Manifestó que está vez el agua alcanzó un metro de altura. “En el caso nuestro, nos dio chance de salvar los colchones y enseres porque los subimos para el segundo piso. Pero otros vecinos perdieron ropa y zapatos”.
Unos lugareños que olfatearon que la corriente venía con la misma intensidad de la otra vez, salieron corriendo y lograron sacar a tiempo sus carros para evitar que flotaran como en aquella oportunidad.
Sin embargo, un señor no corrió con la misma suerte, pues su vehiculo sufrió daños, sobre todo en las butacas que también se echaron a perder con la emergencia de hace un par de semanas.
Keilimar Bolívar, también habitante, atribuyó a la Alcaldía de Guaicaipuro la responsabilidad del colapso de las alcantarillas.
“Las autoridades municipales no quieren entender que desde que comenzaron la construcción de la parada (bahía), en el centro comercial, aparecieron los problemas para nosotros”.
Indicó que mañana lunes tienen previsto trancan la avenida Pedro Russo Ferrer y tomar el despacho del alcalde Francisco Garcés. “No querermos pañitos calientes, sino soluciones definitivas”.
Otros daños
La comunidad expresa que la ayuda que le llevó el ayuntamiento, es decir bolsas de comida que incluían cuatro Harina Pan, una mantequilla, un litro de aceite, caraotas, lentejas y papel higiénico, apenas les duró dos días. Están agredecidos con los colchones, pero si persisten las inundaciones temen perderlos.
“Después del aguacero de anteanoche solo llegó Protección Civil, levantó un informe y más nada”.
En la entrada de El Nacional, justo en un tramo de la carretera donde se abrió un enorme hueco hace cinco años, se agrietó. Los autobuses dejaron de transitar por ahí por miedo a que se venga abajo.
El otro cráter que está cerca del centro comercial Vasconia crece poco a poco. La gente pide que se aceleren los trabajos antes de que haya una situación más grave. La pasarela también está cediendo./lb
Foto: Juan Carlos Blanco
RONALD PEÑARANDA
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