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16 familias están cansadas de vivir en refugio

Refugio Suruapo

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Ronald Peñaranda

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Aseguran que les prometieron reubicación en El Chorrito

Recientemente entregaron apartamentos en el urbanismo El Chorrito en Los Teques y a las 16 familias que permanecen en el refugio que funciona en un galpón de Suruapo Suruapay, en el sector 23 de enero, no las tomaron en cuenta.

“Hace tres meses, días previos a las elecciones, nos dieron una adjudicación para ese sitio, pero resulta que acaban de dar viviendas y a ninguno de nosotros nos llamaron. Ya estamos cansados de las burlas y que jueguen con nuestra necesidad”, afirmó a Avance una refugiada.

Instó al gobernador de Miranda Elio Serrano y a la viceministra de Vivienda Carolina Cestari a intervenir en el asunto.

Cuando se le preguntó si tenían un documento en el cual consta que ya están adjudicados respondió: “La secretaria de Vivienda de la Gobernación de ese momento vino para acá y nos adjudicó. Nuestro vocero firmó un papel donde todos estábamos de acuerdo de ir a El Chorrito”.

“El miércoles fuimos a Caracas (al ministerio) y allí nos dijeron que no tienen nada de nosotros, prácticamente nos dieron a entender que este refugio no existe. Esta semana coordinaremos con el consejo comunal para ir de nuevo”.

Se quejan del mal estado de la estructura que actualmente ocupan, pues está llena de filtraciones. “Las paredes se están cayendo. No tenemos agua y nos vemos obligados a agarrar el vital líquido de un tanque subterráneo que se encuentra en la parte de atrás y que no está apta para el consumo”, aseveró.

En el espacio viven 21 niños, seis adultos mayores y la mayoría presentan complicaciones de salud. Estás familias que originalmente provenían de Ramo Verde, carretera vieja Caracas-Los Teques, El Vigía y Colinas del Ángel, quedaron damnificadas en agosto de 2021 tras fuertes aguaceros.

En ese momento la entonces alcaldesa Wisely Álvarez ordenó la habilitación del Palacio del Deporte como refugio. A esta gente ocho meses después la trasladaron hasta el Suruapo Suruapay, donde ya no quieren estar más.

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