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30 años reparando el pulso del tiempo

30 años

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Con más de 30 años laborando, Oscar Hernández, ha sido un observador privilegiado de la evolución de la ciudad desde su puesto de trabajo, ubicado en la calle Miquilén, donde se ha dedicado a la reparación y reemplazo de piezas de relojes.

El reconocido relojero de Los Teques afirmó que él aprendió el trabajo de manera empírica.

“Aprendí directamente de mi padre, porque el oficio del relojero no es académico, sino empírico. Aunque antes hacía reparaciones profundas, hoy me dedico hacer trabajos rápidos”

Le resulta más rentable cambiar pilas, cristales y coronas, cuyos precios van desde $1 hasta $15 en casos especiales, porque se hacen en menos de 10 minutos, de remuneración inmediata y el cliente se va satisfecho.

“Los repuestos para relojes finos a menudo deben buscarse en Caracas, y esto obliga al cliente a dejar la pieza y abonar dinero. Es más engorroso, porque un reloj ajeno es un compromiso. Las reparaciones más complejas que implican riesgo, se las mando a colegas especializados”.

Sus precios se promocionan en dólares para garantizar que la ganancia vaya al ritmo cambiario.

“Una pila que costaba $4 en enero, hoy mantiene el mismo precio. Esto evita realizar cambios y solo hago el ajuste a la tasa oficial vigente”.

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