La noche del lunes hubo irregularidades en dos calabozos
El hacinamiento vuelve a ser un detonante peligroso en las Salas de Guarda y Custodia de la Policía de Miranda. Los aprehendidos que se encuentran en estas celdas intentaron alzarse la noche de este lunes, en dos sedes del cuerpo de seguridad estadal.
Así lo informó el director-presidente del organismo, comisario general Elisio Guzmán, quien resaltó que la vida de uno de los efectivos adscrito a Seguridad Interna del Centro de Coordinación Policial Nº 6 estuvo en peligro por varios minutos, al ser retenido por los detenidos que permanecen en esa sede de Guarenas, municipio Plaza.
“Allí hay recluidas 66 personas, en un espacio destinado solo para 30. Un grupo logró someterlo dentro de una de las celdas y luego solicitaron la presencia de representantes del Ministerio de Asuntos Penitenciarios para exigir la asignación de cupos y posterior traslado a las distintas cárceles del país”.
Destacó que gracias a la acción inmediata de los efectivos de la Unidad de Control de Manifestaciones y Reuniones Públicas, manejaron la situación y lograron rescatar al oficial agregado sano y salvo.
“No consiguieron herirlo, pero sí fue una situación de peligro tanto para el oficial como para los mismos detenidos, porque la desesperación por estar en un lugar donde se debe compartir hasta el aire que se respira no es fácil para el ser humano, están en estado de supervivencia y sobrevive el más fuerte, aunado a ello, se suma la situación de los familiares, quienes hacen maniobras para poder llevarles el alimento diario”.
Enfatizó que “ellos son personas que tienen el derecho a un proceso legal justo y a contar con programas para su reeducación, pero pareciera que al Gobierno nacional eso no le importa”.
Tensión en Charallave
Guzmán precisó que una situación similar se presentó en las Salas de Guarda y Custodia de Charallave, donde permanecen recluidos 64 ciudadanos en espacios para 20. La revuelta se produjo durante la hora del aseo personal, cuando trataron de agredir a los funcionarios que vigilan el recinto.
“El hecho fue controlado antes que llegara a mayores. Ya la paciencia se está agotando, no podemos continuar con esta situación de hacinamiento ni un día más, es una bomba de tiempo que está a punto de explotar y las víctimas serán la sociedad que verá en la calle a sus verdugos y nuestra institución, porque al Ministerio le tiembla el pulso para ayudar a frenar estos posibles escenarios, pero no para acechar a los funcionarios ante fugas, motines y huelgas de hambre”.
Solicitó nuevamente al Ministerio de Asuntos Penitenciarios asignar los cupos de los detenidos en los calabozos de la Policía de Miranda. “La sobrepoblación de recluidos genera menos presencia de policías en las calles, violación de los derechos humanos de los internados y un peligro día a día en las sedes”. /ac