El Senado brasileño inició ayer la sesión previa a la votación prevista para hoy en la que decidirá sobre la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, que dejaría en el poder hasta el 1 enero de 2019 al mandatario interino Michel Temer, así lo reseñó Noticias24.
La audiencia es dirigida por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, como garante constitucional de un proceso que Rousseff califica de “golpe de Estado”, y comenzará con un debate entre la defensa y la acusación.
Según ha sido acordado con ambas partes, ese debate puede llegar a prolongarse durante unas cinco horas y será la última oportunidad que tanto defensa como acusación tendrán para intentar convencer de sus argumentos al pleno del Senado, constituido en tribunal.
A partir de ese momento, cada uno de los 81 senadores podrá tomar la palabra durante un espacio de 10 minutos, por lo que si todos decidieran intervenir y se cumplen los tiempos, esa etapa consumirá unas 14 horas.
Hasta el momento, según informó el Senado, se habían inscrito 65 oradores, pero la lista de intervenciones permanecerá abierta, por lo que ese número pudiera aumentar en las próximas horas o incluso disminuir, si algún parlamentario renuncia a su derecho.
Lewandowski aclaró que, cuando concluyan los pronunciamientos, la audiencia será suspendida hasta mañana, cuando el Senado se reunirá para el capítulo final de este proceso que se arrastra desde diciembre pasado.
Morales llamará a embajador en Brasil
El presidente de Bolivia, Evo Morales, advirtió ayer con convocar a su embajador en Brasil, José Antonio Kinn, si prospera en el Congreso brasileño la destitución de la mandataria de ese país, Dilma Rousseff.
“Si prospera golpe parlamentario contra gobierno democrático de @dilmabr, Bolivia convocará a su embajador. Defendamos la democracia y la paz”, escribió Morales en su cuenta de Twitter.
El juicio político a Rousseff está en sus tramos finales y el Senado deberá tomar una decisión definitiva sobre la eventual destitución de la presidenta este miércoles.
Morales afirmó el lunes, también en Twitter, que con un “proceso injusto” contra Rousseff pretenden “contener la rebelión de su pueblo y expulsar a pobres, negros y mujeres del poder”.
Según el mandatario boliviano, “a los expresidentes de derecha se los favorece con un manto de impunidad”, mientras que para los de izquierda hay “persecución judicial y escarmiento”.