Es una de las islas más grandes de Venezuela y no posee ningún tipo de estructura. Este pedazo de tierra de 194 kilómetros es el refugio de muchos temporadistas que huyen del alboroto playero. Es hermoso y enigmático, reposado y cálido, aun cuando el trayecto hacia ella no lo es, por eso hay que relatarlo paso por paso.
5:00 am
Los vehículos llegan al puerto de Buche, lugar de encuentro para quienes zarparán una hora hacía una isla desierta, travesía para unos, descubrimiento para otros, diversión para todos. Hay allí atracados yates, lanchas, peñeros y hasta barcos de tamaño mediano; todos conforman operadoras turísticas, unas 22 que viajan al paraíso. En medio del revuelo se va metiendo todo en bolsas negras, algunos colocan brazaletes a los turistas para identificarlos, otros ofrecen desayunos ligeros, el camino demostrará más adelante por qué no hay que comer en demasía. 6:00 am.
Ya todo el mundo ha seleccionado su lugar, el capitán pide ir a la proa para poder salir si se va en barco, en el peñero cada quien se acomoda a cada lado de la embarcación. Restan por lo menos cinco horas de recorrido, así que hay que armarse de paciencia y controlar el malestar que el vaivén del barco sobre las olas produce y peor aún los golpes que genera el mar cuando se trata de una lancha. Antes de partir las operadoras explican a los pasajeros que el punto de llegada es Cayo Herradura, el más visitado del conjunto de islotes. Este tiene un fondeadero perfecto y fácil de arribar, y permite ver esa naturaleza pura, solitaria. Algunos pocos avanzan una media hora más y llegan a Punta Delgada, donde se encuentra la pista de aterrizaje, hermosa también.
11:00 am
Luego de haber sentido fatiga, dormido, conversado, escuchado música y visto por horas nada más que agua, por fin se avista tierra firme. A lo lejos se ve un pedacito de arena blanca, lo demás son tonos que pasean por toda la gama de azules. Una vez que se detiene la embarcación, la tripulación comienza a trasladar a los turistas a la playa. Al mismo tiempo bajan sillas, mesas, carpas, comida, termos con agua y todo lo que sea necesario para una estadía cómoda. En un fin de semana congestionado puede haber hasta 150 personas en la playa, pero nunca más de eso. Solo los pescadores viven aquí por temporadas. Ellos son en muchas ocasiones los encargados de preparar el menú para los visitantes durante la estadía, pueden conseguir hasta langosta pero esta tendrá un precio adicional.
3:00 pm
Ya con el estómago lleno los turistas comienzan disfrutar del espacio. Aquí no hay otra cosa que hacer que caminar por la playa, meterse en el mar, disfrutar y contemplar el maravilloso paisaje que te rodea. Los pescadores le cuentan a las parejas sobre un punto llamado “La Piscinita”, allí podrán estar a solas.
En esta zona también uno de ellos construyó un museo de piedras, creatividad lo llama él, hastío pensarán quienes lo acompañan a ver un montón de rocas alineadas.
7:00 pm
Llega la hora de la cena, y la comida rápida es la solución. Sándwich con pollo alegra el alma a esa hora. Se provee a cada pasajero de un tobo de agua para sacarse la sal del cuerpo y se le asigna una carpa a cada quien.
6:00 am
El sol calienta desde primera hora, el silencio permite escuchar el sonido de las olas y el cantar de las aves te invita a salir de la carpa.
Durante ese día otro baño de playa será bueno para el cuerpo. Los operadores al fondo de la escena ofrecen aperitivos, gelatinas o ensaladas de fruta que calmen la sed. Preparan el almuerzo al tiempo que comienzan a desarmar el campamento. Cuando el último comensal ha comido ya todo lo que colocaron el día anterior sobre la arena incluyendo la basura ha sido retornado al barco. Es hora de partir y disfrutar hasta el último instante del lugar.
2:00 pm
Durante el retorno, muchos duermen porque las olas están a favor y es menos tormentoso el regreso. Si hay suerte algunos delfines acompañarán el regreso. Pero el cansancio de los turistas es tal, que a veces pasa inadvertida su presencia. Nuevamente se llena el puerto en Higuerote cuando cae la tarde. Casi todos comentan lo largo del viaje, pero ninguno se queja de haber sido testigos de la belleza natural que este pedacito de Venezuela encierra.
Algunas operadoras para viajes en La Tortuga son la Cooperativa La Tortuga 69 y sus datos: (58) 414.2732032; (58) 212. 8844187; islatortuga@gmail.com; www.islatortuga.com.ve y Esytour en www.esytpur.com (58) 212.324.4444.
Fuente: El Universal