Hely Uzcátegui lleva más de 30 años entregado a las tablas
Disciplina, pasión y constancia son las características principales de quienes se dedican a realizar maravillosas puestas en escena, capaces de cautivar por completo al espectador. Un claro ejemplo de ello es el caso del talentoso director, productor y actor, Hely Uzcátegui, nacido en Mérida, pero criado en nuestra ciudad.
“Soy el cuarto de ocho hermanos, hijo del matrimonio maravilloso entre Ernesto Uzcátegui y Rafaela Quintero, quienes nos inculcaron siempre la importancia del estudio. Cursé primaria en la Cruz del Valle Rodríguez, luego pasé al Vicente Salias, Luis Correa y finalmente culminé el bachillerato nocturno en el Muñoz Tébar, porque decidí comenzar a trabajar desde los 16 años”.
Recordó que le gustaba mucho ir al cine y ver todo tipo de películas, para ese entonces la ciudad del clima ideal disponía de muchos espacios para hacerlo. A la par de ello estudió música en la academia de los Carreño, “aprendí teoría y solfeo como hasta el tercer año, también me instruí un poco en guitarra y flauta; pero sin duda alguna no era lo mío”.
Para 1984, sintió una especial simpatía por las obras de teatro; particularmente por una que se exhibía en la Casa de la Cultura en Los Teques, llamada Proscenio. “Pasaba por el lugar y entré para apreciarla, como siempre fui un cinéfilo, pude percibir la gran diferencia entre ambos escenarios; me pareció que era mucho más artístico por todo lo que conlleva. Seguí acudiendo cada vez a más obras y quedaba completamente enganchado, hoy puedo afirmar que no vivo del teatro sino para él”.
“En todo ese contexto conocí al profesor Douglas Regalado y le manifesté mi deseo de trabajar en su Taller Artístico Experimental Detalles. Para la fecha contaba con 20 años de edad, allí recibía clases y montaba al mismo tiempo obras. Mi primera presentación fue con Y le dieron matarile, todos los actores éramos principiantes, escribimos los textos y el profesor los amoldó; fue una gran experiencia porque después vinieron muchísimas más”.
Considera que el teatro debe activar el cambio social, “todos y cada uno de nosotros vivimos en una constante actuación natural desde cada una de nuestras posiciones; estamos creando siempre; aunque los profesionales de las tablas conocemos las técnicas para actuar, todos sin excepción somos artistas. Si a eso le sumamos la semilla que nos inculcan en las escuelas, a través de las actividades donde participamos, podemos decir que sencillamente en cada uno de nosotros hay un actor”.
Trabajador incansable
En 1987 surgió una escuela de teatro en Los Teques y allí permaneció recibiendo capacitación intensiva por espacio de dos años; posteriormente pasó a hacer lo propio en el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela y en Rajatablas. En 1988 entró a hacer danza contemporánea y allí conoció a su actual esposa Solangel Morales, con quien se casó en 1989 “para ese entonces participé en la inauguración del complejo cultural Cecilio Acosta, con un extracto de Segismundo, lo hicimos de la mano de la Sinfónica Simón Bolívar, para mí fue algo genial e inolvidable”.
El 27 de febrero del año ‘89, Hely fundó su propia agrupación teatral, denominada Metáfora Teatro, la cual hoy cuenta con 27 años de vigencia y una extensa cantidad de presentaciones en su haber. Otra de las inesperadas facetas que integran la vida de Uzcátegui, fue en la que fungió como fotógrafo de eventos sociales y después como reportero gráfico en los rotativos principales de nuestra ciudad.
“Yo me había puesto a estudiar fotografía porque necesitaba de otro oficio para sustentar mi hogar, ya había nacido mi hijo y tomé la decisión de explorar ese arte”. En 1992 se integró al equipo de trabajo del diario La Región y dos años más tarde al del diario Avance. “Fue una época muy interesante porque para la fecha uno se fajaba como los buenos para conseguir las mejores tomas para luego revelarlas y entregarlas al periodista para su publicación”.
Para 1995 funda la Compañía Municipal de Teatro Guaicaipuro, que nació con miras a trabajar con las comunidades a nivel educativo e impulsar en ellas la labor escénica de sus protagonistas. “Hacíamos recorrido por todas las escuelas, de la mano de la Dirección de Educación de esa época e hicimos una gira a nivel estadal con obras de teatros infantiles, de títeres y también de corte histórico; todo ello en conjunto con mi esposa y mi hijo, que lleva arraigada la vena cultural en la sangre; él está por graduarse en Cine y Audiovisual en la Unearte”.
Éxitos a granel
Desde Metáfora Teatro, su compañía, se dedican a producir todo tipo de eventos actorales, lo que les permite ganarse la vida haciendo lo que les gusta. Atribuyó a la constancia todo su éxito, una de sus obras más emblemáticas ha sido La Fuga de Miranda. “Desde que la montamos en 2006 ha tenido muchísimas funciones”.
Aunque ha hecho toda clase de teatro: de calle, histórico, religioso, puro, infantil; aseguró que no se cierra a ninguna nueva oportunidad o propuesta. “Estoy convencido de que el teatro es la síntesis de todas las artes porque integra música, expresión, literatura, actuación, pintura, a través de las escenografías”.
Contribuir a la formación de innumerables profesionales ha sido para Hely una de las mayores satisfacciones que le ha dejado dedicarse en cuerpo y alma al teatro. “Trabajé en muchas escuelas de Los Teques dictando clases, he visto crecer y desarrollarse con éxito a muchos de esos niños, algunos de ellos son mis colegas. Siempre recomiendo que quien se dedique a algo lo haga con pasión, si no les llena busquen alternativas, pero para lograr lo mejor hay que ejecutarlo con el corazón”.
Entre sus proyectos inmediatos, reveló que tiene en mente presentar en el teatro Lamas para el próximo mes de febrero una obra que estrenó en el pasado Festival de Teatro de Los Teques 2016, que lleva por nombre Días de Radio; inspirada en la primera emisora que llegó a nuestra ciudad, donde las transmisiones eran algo muy fuera de lo común, pero interesantes. Asimismo, está trabajando en la obra Espías, modus operandi que planea presentar en el mes de abril./no/Foto: Alexander Offerman