En una de las finales de más contrastes que se recuerdan, Les Herbiers aguantaron el tipo ante los parisinos, un coloso europeo que dispone de un presupuesto 250 veces superior.
Con la victoria de hoy, el PSG levanta su décimo-segunda Copa francesa, más que ningún otro club, cuatro de las últimas logradas de forma consecutiva.
El encuentro entre Pulgarcito y el Ogro, como lo ha bautizado la prensa francesa, comenzó a disputarse en las gradas del Stade de France, el mismo escenario en el que la Francia de Zinedine Zidane se consagró campeona del mundo en 1998.
Allí miles de hinchas de Les Herbiers coparon uno de los fondos, donde prácticamente cabrían todos los habitantes de esta localidad del oeste de Francia: 16.000.
Los entusiastas seguidores se dedicaron a aprovechar el momento: enarbolaron banderas rojas -principal color del pequeño club-, hicieron la ola y escenificaron el famoso saludo islandés que pasó a la posteridad en el Europeo de 2016.
Dentro del terreno de juego, las diferencias de nivel individual y colectivo eran obvias. Un club semiprofesional con un presupuesto de dos millones anuales contra otro que dispone de 540 millones para pagar una constelación de estrellas internacionales.
Sin el lesionado Neymar -quien arropó a sus colegas en Stade de Francia-, el uruguayo Edinson Cavani, el argentino Ángel Di María o el francés Kylian Mbappé se midieron a jugadores que solo habían viso la elite del fútbol por la televisión y que actualmente pelean por no bajar a la cuarta categoría.
Les Herbiers contaron en el primer tiempo con una primera -y única- incursión peligrosa por el costado izquierdo en el primer minuto de partido.
A partir de ese momento, el PSG tomó lógicamente el mando. Hubo que esperar 25 minutos y tres postes para que Lo Celso abriese el marcador en el 26 con un preciso chute desde fuera del área.
El argentino, una de las revelaciones del plantel parisino este curso, había tocado anteriormente madera en un remate en el minuto 5 y otro en el 20. Mbappé, en el 8, también se estrelló con el poste.
Al regreso del descanso se vio un Les Herbiers más abierto y un PSG dispuesto a aumentar su saldo goleador. Mbappé lo logró en el 50, pero el vídeo árbitro lo anuló por una mano del brasileño Marquinhos.
Esta decisión arbitral desató la euforia entre los aficionados del pequeño club francés, que lo celebraron como un gol.
El PSG, que excepto por las bajas por lesión del italiano Marco Verratti y de Neymar presentó un once de primeras espadas, continuó con su acoso a la meta de Pichot.
Cavani marró dos claras oportunidades y a Mbappé también le negaron el gol hasta que el uruguayo provocó un penalti y no perdonó en el 74.
Aunque el club de la región de la Vendée no jugará la Liga Europa por el cambio de reglas desde la temporada 2014-2015 -antes un finalista iba a Europa si el ganador jugaba la Liga de Campeones-, el dos a cero lo celebraron como un triunfo. Y eso que tuvieron el gol de la honra muy cerca en el descuento en una contra desbaratada por Trapp.
Con el título que se llevó hoy el PSG, el brasileño Dani Alves se consolida como el futbolista con más títulos colectivos (38 entorchados entre clubes y selección) y Emery, que deja su puesto de entrenador del PSG en junio, logra su cuarto trofeo de la temporada después de Supercopa, Copa de la Liga y campeonato francés.
Un logro que no difumina la tremenda decepción que supuso la eliminación ante el Real Madrid en octavos de final de la Liga de Campeones, torneo que los dueños qataríes del PSG persiguen desde que compraron el club en 2011.
Fuente: Meridiano