Salir temprano de casa y comerse dos empanadas acompañadas de una bebida gaseosa se podía considerar como un patrimonio gastronómico de los tequenses, pero el elevado costo de los alimentos ha generado que esta sea una tradición que muy pocos puedan costear.

Desayunar en la calle sale realmente caro, el precio de las empanadas está por los Bs. 300 mil las pequeñas, rellenas de jamón y/o queso, pollo, salchichas, carne mechada o molida, mientras que las full equipo, que traen caraotas, tajadas, queso y carne mechada, se montaron entre Bs. 600 y Bs. 750 mil.

Del mismo modo, las arepas se consiguen desde Bs. 800 hasta pasar el millón de bolos, dependiendo del complemento.

Por otra parte, los refrescos o maltas de botella llegaron a Bs. 500 mil, lo que representaría la mitad de un sueldo, jugos naturales cuestan Bs. 150 mil y el tan degustado café se vende por Bs. 150 mil el pequeño y Bs. 300 el grande. Por lo cual el montó mínimo a gastar sería de Bs. 750 mil y Bs. 1 millón 800 mil el más elevado. /MC/no