“El sábado en la noche esperé dos horas en la emergencia para que pudieran atender a mi hijo porque no conseguían su historia”, relata María de Lourdes, quien asegura que aunque tardan demasiado, el trato de los médicos es bueno.
Mirtha Peña aguardó alrededor de media hora. “En mi caso fue rápido, el problema es que no hay mascarillas para nebulización ni material para las placas, uno tiene que traer todo. Había bastantes emergencias y muy pocos doctores”. Álvaro Caballero, acompañante de un paciente, afirma que el tiempo de espera no es tan grave si se compara con el déficit de insumos. “Realmente hacen magia con lo poco que tienen”. Sostiene que las instalaciones se encuentran en pésimo estado. “Las camas están sucias, las sillas rotas y no hay un lugar para que uno espere a su familiar”./Andreina Ochoa/ac /Archivo