Familiares aseguran que más de diez reclusas se encuentran castigadas en “El Tigrito”

Durante la visita que efectuaron ayer los familiares de las reclusas del Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), manifestaron su descontento porque no les permitieron el ingreso de alimentos preparados al área de madres. Una de las afectadas, asegura que su hija está amamantando y le niegan el acceso a comida balanceada, para que ella y su nieto estén bien alimentados, ya que sólo pueden hacerles llegar “carne, pollo, sin preparar, acompañado de vegetales o frutas, que supuestamente son guardadas en el área de la guardería, para que las reclusas que allí pernoctan le preparen la comida a los niños, cuando anteriormente las madres eran las que recibían y preparaban la comida de sus hijos”. Una familiar explica que sólo están dejando pasar las medicinas al área de madres, además de los objetos de uso personal, los pañales y fórmulas alimenticias para bebes, cuando anteriormente les dejaban ingresar hasta los juguetes de los niños.

Continúan los castigos

Los parientes de las privadas de libertad, aseguran que las reclusas que se rebelen, tenga una conducta impropia o simplemente comenten a sus familiares las supuestas arbitrariedades y maltratos de las que son objeto, van directamente a “ El Tigrito”, que es como llaman a la zona de castigo. Trascendió que más de diez reclusas siguen internadas en El Tigrito, incluyendo la muchacha a la que supuestamente una custodia le fracturó la mandíbula a punta de batazos y que tuvo que ser internada en el hospital Victorino Santaella, para que recibiera cuidados médicos.

La visita transcurrió con lentitud

Desde tempranas horas de la mañana de ayer, decenas de parientes de las privadas de libertad de los pabellones 2-A, 2-C y 3- A, acudieron al Inof con la esperanza de poder ver a sus familiares, pues en algunos casos tenían hasta tres meses sin tener contacto alguno con las reclusas. Ana Alfonso, residente de El Tigre, estado Anzoátegui, afirma que luego de tres meses por fin iba a poder ver a su hija, a la que detuvieron hace tres meses durante las protestas en Chacao. “Estoy contenta porque voy a ver a mi chama, quien con 21 años está privada de libertad, por ejercer su derecho a la protesta, no me parece bien que por estar apoyando a los estudiantes, se encuentre presa”.

Por su parte, Teresa Gómez, quien vive en Santa Teresa del Tuy, señala que tiene cinco semanas sin ver a su hija y cuando llegó tuvo que ir a comprar contenedores de plástico, para la comida preparada que le llevó a su familiar, porque no permiten los de color. Refiere que le trajo artículos personales y de aseo como toallas sanitarias, jabón de tocador, desodorante, detergente, cloro, pasta dental y que en la última llamada supervisada que tuvo con su hija, ésta sólo le comentó que “está sobreviviendo en la cárcel, porque no le queda otra opción”.

Se espera que para hoy continúen las visitas, esta vez dirigidas a las reclusas de los pabellones 1-C y 2-B. Los parientes desean que el tiempo de espera para las visitas transcurra más rápido, “pues la semana pasada los visitantes que incluían los hijos de las reclusas tuvieron que hacer la visita en el patio y los niños se insolaron”. /AFA/Foto: Jairo Ramírez