Hace 10 años Rosalinda Blanco pudo vencer el cáncer de mama
ELIZABETH FLEURINE
“Cuando nos diagnostican asumimos la palabra cáncer como muerte y automáticamente el pánico se apodera de nosotras, porque pensamos en que vamos a morir, por ello los primeros pensamientos siempre se centran en nuestros hijos y familiares”.
Así lo expresó al Diario Avance, Rosalinda Blanco, de 52 años sobreviviente de cáncer de mama, quien fue diagnosticada en el año 2011 y gracias al apoyo familiar, intervención y el tratamiento oportuno pudo vencer la enfermedad.
“Me diagnosticaron a mis 42 años cuando mi hija tenía solo 10 años y la más pequeña 1 año y 4 meses. Me hicieron quimioterapia, mastectomía radical en la mama derecha, donde me quitaron el seno y me hicieron una reconstrucción con mi misma piel, por ello tengo la mama reconstruida con una cicatriz enorme y no tengo pezón”.
Señaló que “pasar por esta experiencia es fuerte, pero yo no soy un seno, yo soy una mujer integral y feliz que esta enteramente agradecida con Dios por la oportunidad que me dio de vivir y superar esa penosa enfermedad”.
“Hoy a diez años de haber superado el cáncer de mama, tengo la gran satisfacción de estar vida para disfrutar la vida junto a mis hijas y decir orgullosamente que soy una sobreviviente”
Un proceso díficil
Explicó que son los hijos y la familia quienes dan el empuje y la fuerza para salir adelante y superar este reto. “Esta enfermedad no la tenemos que ver como una lucha, porque una lucha es una guerra, hay que verla como un gran reto al que debemos superar, asumir y enfrentar para salir victoriosas”
“Es ideal que al enterarse del diagnóstico se busque ayuda profesional, para poder tener la motivación de vivir, al mismo tiempo es imprescindible contar con el apoyo psicológico, terapéutico y psiquiátrico para superar los retos que se presentan con el cáncer”.
Comentó que “lo más terrible de pasar por esta enfermedad es la caída y la perdida de nuestro cabello, porque para nosotras esto representa la imagen, la feminidad, la belleza y lo bonito de la mujer, verte al espejo y no tener cabello, pestañas ni cejas es fuerte, pero hay que pintarse los labios, las cejas y si es necesario colocarse una peluca o una bandana sonreír y salir a la calle”.
“El costo de los tratamientos y la reacción que tenemos hacia la quimioterapia muchas veces nos hace sentir abatidas y desmotivadas, pero tenemos que tener la fe puesta en Dios para salir adelante”
Sin temor
Mencionó que las mujeres no deben tenerle miedo al cáncer, ya que con la detección y el diagnóstico temprano se puede curar y evitar los daños, de allí la importancia de realizarse el autoexamen y los chequeos periódicos. “Una vez que tenemos el diagnóstico hay que armarse de valor, nosotras somos mujeres valiosas y empoderadas a las que no nos define un seno”.
“Si bien hay varias instituciones dedicadas para ayudar a las mujeres que atraviesan por esta situación, todavía hace falta más información, aún hay mucho desconocimiento sobre el tema, muchas mujeres no saben a donde deben acudir para realizarse un estudio gratuito, por ello es necesario masificar la información y crear más instituciones”. EF/rp