Christyan Fraija reconoce que en el pasado tuvo un negocio de este ramo pero lo vendió
RONALD PEÑARANDA
En las últimas dos semanas el alcalde de Guaicaipuro Farith Fraija ha aplicado medidas sobre el consumo de bebidas alcohólicas en las afueras de las licorerías e incluso este fin semana ordenó el cierre de tres en El Paso, la calle Ribas y La Matica.
En 15 días han sancionado a seis negocios y cada vez que a través de sus redes sociales o medios de comunicación el mandatario local aborda este tema es atacado por muchos porque supuestamente su hermano Christyan Fraija es dueño de comercios dedicados a este ramo.
En una entrevista que le hizo Avance a Christyan Fraija, secretario de Economía Productiva de la Alcaldía, se le preguntó directamente si es cierto que es propietario de licorerías y respondió de esta manera:
“En el municipio están registrados 256 expendios de licores y la gente piensa y asume que yo soy dueño de las 256. Debo aclarar que no tengo ni una licorería. No estoy en el mundo licorero. Sí tuve una licorería en una oportunidad, pero producto de un divorcio entre la repartición de bienes, cedí las acciones que me correspondían. Si hay algo que hacer con las licorerías es ponerlas bajo control, ya basta del ingesta de bebidas alcohólicas de manera descontrolada”.
-¿Por qué lo asocian a usted con una licorería ubicada cerca del mercado municipal de El Paso?
-Porque en un tiempo una licorería cerca de El Paso fue mía. Hace muchos años que dejó de ser mía. Vendí ese negocio y lo hice como cualquier comerciante. No vuelvo al mundo de licores.
-Tan mal le fue en ese negocio que dice que no vuelve al mundo licorero…
-No es un negocio que genera satisfacciones, porque de una u otra manera se está estimulando a la venta de algo que es considerado como un vicio. Ahora, si me lo permites yo te puedo explicar como se puede manejar un expendio de licores de una manera correcta.
-Bueno explíqueme…
–Uno vende alcohol para que la gente lo consuma en sus celebraciones, pero los festejos no se deben hacer en las afueras de las licorerías. Te voy a poner un ejemplo, la señora Sheyla, quien es miembro de la Asociación de Licoreros de los Altos Mirandinos, bueno ella tiene un negocio en la planta baja de la Torre Chocolate en la calle Ribas y ahí nunca se ve a gente bebiendo en la entrada de su local, ¿por qué?, sencillo porque ella percibe su licorería como una boutique donde el cliente llega compra y se va. Uno se pregunta por qué el resto de licoreros no siguen ese ejemplo.
“No es un negocio rentable”
Al profundizar sobre el tema Fraija sostiene que los márgenes de ganancias de una licorería son muy pocos.
-¿Entonces una licorería no es un negocio rentable?
–Yo como comerciante, te puedo decir que uno de los negocios más sitiados y de bajos ingresos es el licorero.
-Por favor póngame un ejemplo para entender que el margen de ganancia es muy poco…
–Ahí voy, $16,4 cuesta una caja de cerveza de 36 unidades y el precio de venta al público son $18, la ganancia es de $1,6 por cada caja, pero entonces cuánto se paga en empleados, alquiler del local, que pudiera ser $400 mensuales y las botellas que se llevan, el vacío que no regresan. Una bolsa de hielo cuesta $0,6 se vende en un $1. La multa que impone Satguaica si el comerciante incurre en una falta es de $270, entonces se van a exponer a todo eso por $1,64. Tu me preguntarás ¿de qué viven las licorerías?, bueno de las chucherías. Esa es la realidad del mundo licorero. Yo vengo de tener locales nocturnos, qué diferencia hay entre una licorería y una discoteca, que en esta última una cerveza cuesta $4, ahí se vende espectáculo, en cambio en una licorería no. Foto: Jesús Tovar