El papa Francisco animó este domingo a la Iglesia y sus fieles a seguir “hablando de paz a quien quiere la guerra” o “de acogida y solidaridad a quienes cierran las puertas” de la sociedad, durante la misa de este Domingo de Pentecostés.
“Estamos invitados a anunciar el Evangelio a todos, yendo siempre más allá no solo en sentido geográfico sino de barreras étnicas y religiosas paro una misión verdaderamente universal”, invitó, citando a la encíclica “Redemptoris Missio” (1990) de Juan Pablo II.
Francisco en su homilía habló de la acción del Espíritu Santo, cuya revelación se celebra en Pentecostés, en quincuagésimo día tras la Pascua, y señaló que gracias a ese poder la evangelización “puede y debe hacerse con la misma fuerza y la misma gentileza”.