Los restos del sacerdote permanecen intactos a como fue sepultado en 1999

Lo que debía ser un procedimiento ordinario de exhumación del cuerpo del padre Rafael Torres, fallecido el 23 de febrero de 1999, se convirtió en una buena nueva para católicos de la ciudad de Los Teques. Los restos del sacerdote permanecen intactos a cómo fue sepultado.

A pesar de que líderes católicos pidieron a creyentes que manejaran el hallazgo con discreción, la comunidad que sigue el legado del padre Torres no pudo ocultar su júbilo al conocer el estado del cuerpo y especularon que este podría ser el inicio del camino de un nuevo santo en la iglesia católica.

La exhumación del cuerpo se realizó el sábado 1º de junio luego de que la Comunidad María Auxiliadora, Madre de Dios; solicitara ante el obispo Freddy Fuenmayor su aprobación para trasladar el cadáver desde el Cementerio Monumental de Los Teques a la Casa Padre Torres ubicada en el sector Los Lagos de la ciudad, en la que se reúne el legado espiritual y de labor social del sacerdote.

Desde hace años esperaban la respuesta afirmativa y en esta ocasión recibieron la bendición, a propósito de la conmemoración del 25 aniversario de su muerte.

La gerente general del cementerio, el encargado, un grupo de representantes de la iglesia y de la comunidad que sigue al padre estuvieron presentes en la exhumación.

Se llevó una caja de pequeñas dimensiones que es usada para el traslado de los restos desde el ataúd en el que fue sepultado, pero esta no pudo ser usada ya que el cuerpo del padre Torres estaba completo.

Cuerpo intacto

Ante este acontecimiento, el director del Cementerio Monumental, Cecilio Rosette, opinó desde la experiencia en sus últimos ocho años de trabajo, en los que estuvo presente en al menos 3 mil exhumaciones, que se trata de un hecho digno de estudio.

“Yo no voy a decir que sea un santo o se pretenda su santidad, ya que no me corresponde, pero el cuerpo estaba en unas condiciones impecables, como si el fallecimiento fuera ocurrido hace unos días”.

Detalló que no conocía la historia del padre y le llamó la atención indagarla ya que es poco común que se solicite la exhumación de un sacerdote. “Por la forma en la que interpretamos la exhumación siento que el padre Torres va a iniciar algo muy grande”, opinó el director del cementerio.

El entrevistado también hizo un análisis desde el punto de vista científico: “estaba en un ataúd metálico, quizás la zona en la que estaba enterrado carecía de humedad, esa podría ser una explicación de la conservación del cuerpo pero ya se harán estudios si lo corresponde”.

La incorruptibilidad cadavérica, como se le nombra científicamente este tipo de hallazgos, es considerada por la iglesia católica como un signo de santidad. Los restos del padre Torres fueron sepultados nuevamente en el área de misas en la casa que él fundó en Los Lagos.

Su legado

El padre Torres nació en Mesa de García, estado Trujillo, el 24 de octubre de 1933. A los 14 años ingresó aspirando de la Congregación Salesiana de Caracas, donde se ordenó y luego pidió ser admitido como diocesano porque él creía que Dios lo llamaba a tener libertad para poder realizar su proyecto de vida religiosa.

En un tiempo en el que no existían redes sociales ni teléfonos dispuestos a grabar sucesos en tiempo real, el padre Torres decidió abrazar la espiritualidad a través de la corriente de Renovación Carismática Católica, donde sacerdotes se convierten en imitadores en la santidad, poder y el coraje que predicó Jesucristo.

De allí en adelante, dio cobijo a cientos de personas que buscaban sanar en mente y cuerpo. Dispuso su casa ubicada en la comunidad Lagunetica de Los Teques para atender entre 60 y 100 personas por día, que lo buscaban fuera de su horario en la capilla María Auxiliadora donde oficiaba las eucaristías.

Quienes lo conocieron recuerdan ir a su casa para que posara sus manos sobre ellos, momento descrito como un proceso de sanación espiritual, se desmayaban y entraban en trance. Fue así como atrajo personas de todo el país que buscaban mejorías o consejos de vida.

“Los sacerdotes que estudian esta corriente espiritual despiertan carismas extraordinarios como la sanación, milagros, don de la lengua y el discernimiento, palabra de ciencia y sabiduría, y el padre Torres tenía varios de estos carismas en grados muy particulares”, recordó el doctor Alejandro García, coordinador de la Casa Padre Torres.

Actualmente, en dicha estructura se realizan misas carismáticas, se ofrece atención médica gratuita y hay un comedor que alimenta diariamente a 400 personas sin recursos. “La Casa Padre Torres nos la dio Dios después de la partida de nuestro fundador para que la obra que él dejó brillara más, aquí tratamos de hacer lo mismo que obró durante su vida”.

Amor y gratitud

Al indagar con representantes de la iglesia católica sobre la exhumación del cuerpo del padre Torres, el presbítero Kilber Rangel, vicario de la iglesia San Felipe Neri, indicó que el procedimiento se hizo debido al deseo de católicos de Los Teques, que fueron ayudados espiritual y materialmente por el padre Torres, de trasladar sus restos mortales a una cripta construida en su comunidad.

“Este procedimiento es de amor y gratitud hacia el padre y no significa que se le esté declarando como santo ya que eso sería un procedimiento más largo que le corresponde a la autoridad eclesiástica”, explicó.

Detalló que entre los términos del catolicismo existe el “olor a santidad”, que se les atribuye a personas que mueren tras cumplir ciertas características que lo asemejan a la obra de Jesús.

“Cuando ese sentir es generalizado y pareciese que todo el mundo está de acuerdo, se hace la propuesta al obispo para que estudie la posibilidad de que inicie la causa de beatificación”, precisó Rangel quien destacó que en este caso, las posibilidades son amplias y dejó en manos de la comunidad carismática hacer la propuesta ante autoridades de la iglesia.