Tras tres días de inactividad cambiaria, comerciantes y compradores se sintieron aliviados, por cuanto los precios de los productos de la canasta alimentaria no sufrieron variación, pero temen que esta semana el Banco Central de Venezuela (BCV) continúe la escalada oficial de la moneda norteamericana que atenta contra el poder adquisitivo.
Al inicio de la semana se notó un clima de tranquilidad en los negocios del centro de Los Teques, debido a la pausa bancaria del 4 noviembre, la cual extendió la cotización fijada por el BCV el jueves 30 de octubre de Bs. 42,71, mientras que el dólar paralelo se encontraba en Bs. 51,25 pasado al mediodía.
El 10 de octubre la cotización oficial emprendió el vuelo sin retorno al rebasar los Bs. 37. Del 28 al 01 de noviembre se incrementó cinco veces, desde Bs. 41,34 hasta Bs. 42,71.
Miguel Hernández, comprador, se mostró desconcertado porque la moneda nacional va en declive, y los precios se ajustan a diario y no hay que ponga un freno al desorden cambiario.
“Es un circulo vicioso, uno vive pendiente de la tasa del BCV sube y en esa misma proporción ver como desaparece el sueldo y la pensión del Seguro Social. Reconozco que los bonos ayudan, pero la lógica indica que el salario debe mejorase”.
Recalcó que dejó de pagar en dólares, porque algunos comerciantes aluden que no tienen para dar vuelto en divisas y entregan bolívares.
A la expectativa
Carlos González, encargado de un negocio en la calle Miquilén, aseguró que los incrementos en los productos son mínimos que van a la par del marcador del BCV.
“Son mínimos, pero constantes porque los precios van anclados BCV. Sin embargo, los clientes pueden confundir este proceso con especulación, y no es así. El comerciante es el menos interesado en generar molestias a los compradores, todo lo contrario debemos incentivar mayores ofertas para para poder competir en esta variabilidad cambiaria”.