El Departamento de Transporte (DOT) de EE.UU., bajo la administración Trump, emitió una regla de emergencia que restringe la emisión de licencias de conducir comerciales (CDL) a no ciudadanos y no residentes permanentes.
Anunciada por el secretario Sean Duffy, la medida busca “blindar” la seguridad vial al suspender las licencias “no domiciliadas”, calificadas como un sistema “roto al 100%” y amenaza pública.
Los solicitantes extranjeros deben presentar un pasaporte vigente y visa de trabajo válida para laborar en EE.UU. Las CDL aprobadas durarán máximo un año o hasta la caducidad de la autorización laboral, lo primero que ocurra. Se prohíbe explícitamente licencias a indocumentados. Los estados deben pausar emisiones hasta cumplir, bajo riesgo de perder fondos federales para carreteras.
Duffy argumentó que regulaciones laxas permitían “conductores peligrosos y no calificados” al volante, causando accidentes fatales. Citó un choque en Texas en marzo, en el que el conductor no detenido provocó 5 muertes y cargos por homicidio culposo y un hecho más reciente, en agosto, en el que un giro ilegal de U por camionero indocumentado con permiso temporal mató a 3 personas.








