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Muere en extrañas circunstancias joven jarillero

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Por:

Ronald Peñaranda

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Se habría ahorcado, pero sus familiares tienen dudas

El cuerpo sin vida de José Gregorio Vargas Rodríguez, de 24 años, fue hallado colgado en una viga en el techo de la vivienda que compartía con su pareja, ubicada en la parroquia San Pedro de los Altos, municipio Guaicaipuro, estado Miranda.

El sábado 4 de octubre, a eso de las 7:00 pm, su compañera sentimental regresaba de su trabajo y al entrar a la casa se encontró con la terrible escena. El joven tenía una correa atada en el cuello. Aparentemente se habría ahorcado.

Sin embargo familiares del hoy occiso tienen sus dudas, pues no creen que se haya quitado la vida, porque no tenía motivos. “Él no sería capaz de hacer algo como eso, no era de mente débil, pensamos que lo mataron. El caso ya está en manos del Cicpc y esperamos que se agilice la averiguación para esclarecer la situación”, afirmó a Avance una hermana de la víctima fatal.

Insistió en que hay muchas cosas que no cuadran. Hace 15 días José Gregorio tuvo un accidente de tránsito y sufrió traumatismo en un nervio “y eso le dejó paralizada la mitad del cuerpo. Además presentó traumatismos en el codo, en uno de los brazos, su pareja lo ayudaba a hacer muchas cosas”.

Las sospechas

Manifestó que él caminaba cuando su cónyuge, que es enfermera, le ponía relajantes musculares, “entonces nosotros nos preguntamos cómo una persona que se encontraba en ese estado, que se movilizaba con ayuda, pudo caminar hacia donde está la viga, agarrar un cinturón y colgarse, eso no tiene lógica, no nos cabe en la cabeza”.

“Sospechamos que alguien entró y lo atacó. Cuando destapamos la urna para arreglarlo notamos que tenía la nariz desviada, por eso pedimos que avancen las investigaciones, que esto no se quede así, el Cicpc tiene todas sus pertenencias. No hemos visto la autopsia, estamos muy angustiados”.

El hecho ocurrió cuando se encontraba solo en su residencia, donde permanecía por estar de reposo. Su pareja estuvo todo el día de guardia y volvió en la noche.

El muchacho era oriundo de El Jarillo, trabajaba en una frutería “Los Pinguinos” en Los Teques. En noviembre tenía previsto unirse en matrimonio con la mujer con la que convivió en los últimos ocho meses. “Ella lo amaba tanto y estaban buscando un bebé”, recalcó la hermana del joven.

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