Se convocó a un total de 60 líderes de los cuales solo 12 confirmaron
La Cumbre Birregional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE) que tuvo lugar en Santa Marta, Colombia, ha sido un evento marcado por la escasa representación de alto nivel. Sorprendentemente, solo nueve jefes de Estado y de Gobierno asistieron al encuentro, a pesar de que la Cancillería colombiana había invitado a un total de 60 líderes (33 latinoamericanos y 27 europeos). Inicialmente, solo 12 habían confirmado su asistencia, cifra que finalmente se redujo aún más a los nueve mandatarios presentes.
Este bajo nivel de participación de los máximos líderes se subraya por el hecho de que la gran mayoría de las naciones invitadas estuvieron representadas por vicepresidentes, cancilleres u otros altos funcionarios. Este dato es clave, ya que la presencia de funcionarios de menor rango limita el alcance de los acuerdos y la capacidad de tomar decisiones vinculantes y de gran calado.
Este desinterés puede atribuirse a una combinación de factores coyunturales y estructurales, incluyendo la proximidad de la COP30 en Brasil y las tensiones internas que enfrentan diversas naciones, que obligaron a los líderes a priorizar otros asuntos.
La falta de temas de negociación urgentes o de alto impacto que impulsaran compromisos decisivos ha restado la motivación necesaria para justificar el desplazamiento de los principales mandatarios. En consecuencia, la Cumbre CELAC-UE en Santa Marta se percibió más como un encuentro de bajo perfil y un ejercicio protocolario con desafíos logísticos que como una plataforma crucial para tomar decisiones estratégicas entre los dos bloques.








