Sin camello pero con las botas cargadas siempre de regalos, Leo Messi repartió alegría en el Camp Nou y reservó algo de carbón para el Espanyol. El argentino, con dos goles y dos asistencias a Piqué y Neymar, acabó con la ilusión ‘perica’ generada por el tanto de Caicedo.
Pocos equipos hacen sentirse tan incómodo al equipo de Luis Enrique como el Espanyol. O mejor dicho, el Espanyol de Galca. El rumano casi calcó el planteamiento del pasado fin de semana, aunque presentó un once más ofensivo para acercarse al gol más que en el choque de liga. El plan le salió hasta que Messi quiso. Cuando el argentino apareció, el Barça se tomó su revancha en el derbi.
Alves sufrió una grave pérdida que propició el primer gol del partido. Con Aleix Vidal en el banquillo, el brasileño ya no tiene carta blanca y errores como el de ayer le pueden pasar factura, reseñó el portal web del medio español Marca.
Con Arda Turan recuperando sensaciones e Iniesta al mando, se comenzaron a conectar en los pequeños respiros que le ofrecía la intensa presión de los de Galca. En una de esas jugadas con precisión de cirujano, Iniesta asistió para que Messi fusilase a Pau López. La reacción fue rápida y el Barça se animó.
Ganó dinamismo y velocidad con respecto al pasado derbi y Neymar comenzó a desequilibrar con sus ya clásicas galopadas. En una de esas carreras -sin balón- engañó a Javi López y recibió un claro penalti que el colegiado no vio. Fue el último aviso del conjunto azulgrana, que volvió a ahogarse en la intensidad ‘perica’.
Anestesiado hasta que Messi decidió que era hora de despertar. Lo hizo a lo grande, con un libre directo convertido en un misil que ni el larguero pudo frenar. Se le venían abajo los planes a los de Galca, que además perdían a Caicedo y Asensio por lesión. Mientras, Messi seguía con su exhibición y servía en bandeja a Piqué el tercero, ya al inicio del segundo acto.
Quedaron con nueve
El Barça ganó en seguridad y sus estrellas decidieron dar inicio al recreo. Arda tuvo la suya pero Pau López le quitó la ilusión del debut perfecto. Luis Enrique movió el banquillo y Aleix Vidal también tuvo su momento. El Espanyol se desquició y Hernán Pérez y Diop dejaron a su equipo con nueve.
Quince minutos de inferioridad y sufrimiento para los de Galca en medio de la crispación que acabaron con el Espanyol pidiendo la hora. Súplicas inútiles ante el talento de Neymar, que cerró la goleada con una preciosa volea para agradecer el pase picado de Messi. El argentino tiene regalos para todos, por desgracia para el Espanyol, que sufrió la magia del rey del fútbol.