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A Juan Pablo Duarte lo envuelve la magia de la música venezolana

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Con tan solo 14 años ha demostrado grandes cualidades artísticas

“Toco el arpa desde los nueve años, mi papá fue siempre un enamorado de la música venezolana y gracias a eso crecí cautivado por este maravilloso género”. Así se expresó Juan Pablo Duarte, un talentoso joven de 14 años de edad, nacido y  criado en  Los Teques, siendo el único hijo del matrimonio entre Adriana Delgado y Pablo Duarte.

Relató que un  día le manifestó a su padre que quería aprender a tocar un instrumento de los que integran nuestro folclore. “Escogí el arpa porque pienso que es la principal responsable de proporcionar melodía y armonía en cada interpretación”.

Se inició con el profesor Abelardo Mérida, a quien confesó admirar profundamente. “Es como un ídolo para mí, siempre me quedo viendo sin perder detalle de sus movimientos para aprenderlo todo, porque para mí él es el mejor”.

Comenzó a recibir clases particulares en casa de Mérida, relató que al principio sintió algo de susto porque creía que era complejo; “el arpa requiere de mucha destreza e implica una gran cantidad de técnicas que se logran a través del ejercicio; poco tiempo después cuando comencé a  montar temas me entusiasmé más y más”.

Tras nueve meses de iniciación, una vez que le cogió el gustico y demostró grandes cualidades artísticas, se inscribió en el Sistema Nacional de Orquestas, núcleo Los Teques, de eso hacen ya tres años, luego se integró a la  Orquesta Alma Llanera.

“Entre ensayo y ensayo esto se convirtió en parte de mi día a día, lo disfruto muchísimo. Cada vez que estoy tocando esas 32 cuerdas me envuelve algo indescriptible; los profesores dicen que mi crecimiento en el área fue bastante rápido y acertado, considero que la pasión que siempre he sentido por esto me ha llevado a aprender como debe ser”.

Con sello original

Gracias al empeño que ha puesto a lo que hace, Juan Pablo es parte de la agrupación Ensamble Tetracordo desde que se fundó hace dos años. El nombre proviene de una combinación que se traduce en cuatro acordes, haciendo referencia a la gama de instrumentos que componen sus melodías y que son  interpretadas de manera magistral por jóvenes entre 13 y 15 años que tocan cuatro, contrabajo, maracas y arpa.

“La idea fue del maestro Gregory Carreño, quien en conjunto con nuestro director Daniel Ford, Abelardo Mérida y José Pérez seleccionaron a los jóvenes que consideraron idóneos para crear el conjunto musical”. Explicó que la propuesta le tomó por sorpresa pero que aceptó porque sabía la importancia que eso tendría para su vida personal y profesional.

La agrupación se ha consolidado a tal nivel que están trabajando con todos los hierros para grabar la primera producción discográfica. Además de interpretar las canciones que los han catapultado, también lo harán con un tema del propio Ford que están por grabar.

“Ser tan jóvenes nos ha ayudado a calar mucho en el gusto de la gente y estamos muy agradecidos por la aceptación que hemos tenido; aprovechamos nuestra energía y frescura para integrar a las personas en nuestras presentaciones”.

Prodigio inigualable

Visiblemente emocionado recordó que el primer tema que montó fue Como llora una Estrella, del recordado y reconocido maestro Arnaldo Vivas Toledo; al poco tiempo hizo lo propio con un seis por derecho y luego con Moliendo Café, Venezuela y Alma Llanera. “Mis temas favoritos son muchos, pero destacan entre ellos Puerto Miranda, Concierto en la Llanura y los joropos de periquera, diamante y pajarillo”.

Duarte, quien en plena entrevista ejecutó un sabroso popurrí venezolano contentivo de tres golpes del género folclórico: diamante, periquera y seis por derecho, demostró que a pesar de su corta edad tiene talento de sobra y que puede llegar muy lejos. Señaló que lo que más le gusta es cuando una agrupación suena acoplada a la perfección porque eso se traduce en el esfuerzo que han realizado y que de acuerdo a sus propias palabras trae como consecuencia la mejor recompensa: el aplauso del público.

Manifestó sentirse muy contento con su carrera como músico, la cual pretende extender hasta donde le sea posible. “El orgullo de mi familia y de las personas que me rodean y apoyan en este proyecto, son lo mejor que me ha pasado, soy de los que piensa que es preferible tocar un instrumento y con ello sembrar un buen futuro, que estar inmiscuido en el ocio o malas rutinas”.

El Emma Soler, Ateneo de Los Teques, Clandestino Ketchup’s, Gobernación de Miranda, Alcaldía de Guaicaipuro, algunos eventos públicos y privados tanto en Los Teques como en Caracas han sido testigos del prodigioso talento de esta joven promesa de la música venezolana. Aseguró que su secreto radica en el cariño que le imprime a lo que hace y que lo más importante es que eso refleje lo que él siente, porque así la música saldrá perfecta.

Aptitud por encima de todo

“Me gustaría aprender también a interpretar el arpa en otros géneros como el bolero, la salsa o la gaita; siento que puedo lograrlo y que gracias al apoyo incondicional de mis padres eso podrá ser posible, ellos son el motor principal de todo lo que hago. Me enseñaron a ser respetuoso, aplicado, humilde, solidario y amigo; estoy seguro de que todos esos valores me ayudarán a llegar muy lejos”.

En la actualidad Juan Pablo se desempeña como un excelente estudiante, cursa tercer año de educación básica, donde se destaca como uno de los mejores en promedio académico. “Me gustaría ser médico internista, sin dejar de lado mi faceta musical, quiero ser muy reconocido en ambas cosas”. Refirió que estudió primaria hasta cuarto grado en el Instituto Victegui y que luego pasó al Colegio Santa Marta donde aún permanece.MS/lb/Foto: Víctor Useche

 

 

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