No cabe duda de que la ciudad de Los Teques abriga una gran cantidad de artistas con talento de exportación. Cantantes, compositores, músicos, entre otros, hacen vida entre nosotros y enaltecen nuestro gentilicio.
Tal es el caso de Abelardo Mérida, un brillante arpista que reside en las inmediaciones de la avenida Víctor Baptista, quien asegura que se “enfiebró” con el instrumento tras conocer el maravilloso universo que esconde, y que a su juicio no tiene límites.
“Cuando tenía 7 años, mis padres me inscribieron en la Escuela de Música de Los Teques, dirigida por el maestro Juan Bautista Carreño. Allí comencé con piano, teoría y solfeo como parte de la rutina del programa que todo participante debía cumplir”.
Más adelante, cuando rondaba los 11 años, sintió curiosidad por explorar el arpa, gracias a que su papá había adquirido una con fines decorativos para su residencia.
“Mi familia siempre ha gustado de la música popular venezolana, crecí disfrutando de ese género y al ver un arpa en la sala de mi casa sentí la necesidad de aplicarle lo que había aprendido del piano, desde entonces se convirtió en mi pasión”.
Viendo el entusiasmo que Abelardo le puso a este instrumento, su padre decidió ponerlo en manos de un profesor particular de nombre José Canelone, quien lo adentró en ese maravilloso mundo que hoy es parte de su estilo de vida.
Bandas de ska, orquestas de salsa, la gaita y hasta música portuguesa hacen parte del recorrido musical en el que Abelardo ha hecho sonar su amada arpa. “El salsero venezolano Cheo Linares grabó un tema donde fusionó arpa y cuatro, se dejó sonar en el intermedio un solo con estos instrumentos”.
Un mundo de posibilidades
Con tan solo seis meses de capacitación y gracias a la destreza que mostró en el instrumento, el maestro y cantante Antonio José le brindó la oportunidad de participar en un disco, en el que le servía de acompañamiento musical, hazaña que repitió algún tiempo después cuando ya estaba convertido en todo un profesional.
“Después de ese primer pasaje musical que grabé junto a él, vinieron dos más y con ello pude conocer una fundación de nombre Despierta Venezuela, la cual llevaban adelante Rummy Olivo y su hermano Fernando, con quienes aprendí muchísimo y grabé otros dos discos”.
Aseguró que cuando conoció a Gustavo Figarella, reconocido músico mirandino, se metió en la candela con tan solo 18 años. “Pude participar en importantes conciertos con grandes artistas en el Teresa Carreño y el Aula Magna de la UCV, a la par que continuaba con las grabaciones discográficas”.
Ampliando su horizonte
A pesar de tener lo que los músicos llaman guataca, fue perfeccionando técnicas y puliendo más detalles. En 2005 se inscribió en el Conservatorio Pedro Nolasco Colón y más adelante en el Conservatorio de Música Simón Bolívar. Para 2011 se instauró el Programa Juvenil de Música Venezolana en el núcleo del Sistema de Orquestas que allí funciona, al que Abelardo se sumó.
Nos contó que en 2012 tuvo la oportunidad de representar a nuestro país en Portugal durante un intercambio cultural. “Estuve 28 días en la isla de Madeira, con un grupo llamado Cantares de Venezuela. Fue una experiencia increíble, tuvimos full receptividad del público y fue muy bonito ver personas luso-venezolanas que se emocionaban enormemente al escuchar nuestra interpretación”.
Ha sido acompañante de grandes intérpretes de la canta criolla que hacen vida en el estado Miranda. Tal es el caso de Alirio José Piñango, con quien recientemente grabó el tema Ahora la quieres juzgar. Asimismo, se ha sumado al equipo de trabajo de Elvis Malpica, José Manuel Falcón, Julio Perdomo y Solo Ensamble.
Sistema de Orquestas
A raíz de todo esto, y gracias a la experiencia que había cosechado, pudo comenzar a impartir talleres de arpa llanera en los distintos núcleos que conforman el Sistema, entre ellos Barquisimeto, San Felipe, Upata, Bolívar, Valencia, hasta que aterrizó en el de Los Teques.
Cuando llegó a lo que él llama su patio, conoció al maestro Gregory Carreño, quien gestionó los recursos necesarios para que Abelardo asumiera formalmente la cátedra en 2013, hecho que aún se mantiene vigente y donde promueve el programa Alma Llanera, que consiste en un modelo infantil-juvenil en el que predominan los instrumentos folclóricos para hacer música venezolana dentro de la Orquesta.
“En el Sistema Núcleo Los Teques contamos con aproximadamente 400 participantes, 40 de los cuales pertenecen al programa folclórico. Es muy gratificante saber que existe tanto talento en esta nueva generación, trabajar con ellos es maravilloso porque se aprende recíprocamente”.
Proyecciones
Actualmente, este brillante músico trabaja en la elaboración de su propio disco instrumental, el cual estima esté listo a principios de 2017 y que llevará por nombre Regalo de Dios.
“Después de grabar para otros artistas, siento que llegó mi momento y por eso estoy montado en este proyecto que contendrá 12 temas, seis de mi autoría y los otros versionados, estarán conjugados entre boleros matanceros, merengues venezolanos y temas llaneros”.
Considera que aunque el apoyo al talento nacional ha venido aumentando, falta mucho por hacer. Aseguró que es importante que las emisoras radiales den cabida a promover a los artistas locales para que se pueda conocer la amplia diversidad musical con la que contamos.
Apuntó que entre los valores que mayormente promueve a sus alumnos y colegas destaca la humildad. “Lo más importante es ser agradecido y sencillo, tocar para el borrachito de una plaza como para un caballero enflusado debe ser exactamente lo mismo; se debe entregar el alma de la misma manera porque lo que importa es el disfrute de la gente, y a través de eso el de uno mismo”./ac
Foto: Trabaja actualmente en su primera producción discográfica (Jesús Chacón)
MARIBEL SÁNCHEZ/