“La intolerancia a la lactosa se produce cuando hay una dificultad para digerir el azúcar de la leche en el intestino del niño, es decir, cuando la lactasa que es la enzima que descompone el azúcar la convierte en glucosa, si este proceso no se lleva a cabo, la misma sigue hacia el intestino delgado y grueso ocasionando varios síntomas en el organismo”.
La explicación corresponde al médico pediatra Narciso Bermúdez, quien enfatizó que dentro de los malestares se encuentran gases, diarrea osmótica y muchos buches y vómitos.
“Hay una división que existe, una de ellas es la intolerancia a la lactosa primaria que es que el niño tolera inicialmente bien la lactosa pero después hace una disminución brusca de la lactasa y empieza a presentar la sintomatología. La otra es la secundaria, pero es posterior a un proceso infeccioso intestinal que tenga el infante, es decir, una gastroenteritis o diarrea bacteriana que lesiona la mucosa intestinal que es donde se produce la enzima y posterior a la enfermedad empieza a tener intolerancia a la lactosa, también se encuentra la congénita que es cuando nacen con la padencia”, enfatizó.
Indicó que cuando los niños son diagnosticados, es recomendable darles fórmulas sin lactosa o de soya, prebióticos, yogurt y disminución de productos lácteos en pocas cantidades. /IM/at