Se debe hacer un espacio en el corazón y las finanzas

Adoptar un perro es una decisión que implica compromiso emocional y financiero, pues se integra a la familia por 10 a 15 años.

María Arteaga, presidenta de la Fundación Amigos Protectores de los Animales (Famproa), destaca la importancia de la preparación familiar: “No es como comprar un electrodoméstico que puedes devolver; un perro necesita cariño, educación, alimento, visitas al veterinario, medicinas, baños, paseos y un espacio adecuado”, explicó a Avance.

Alimentar a un perro pequeño cuesta unos 20 dólares mensuales; uno grande, el doble. Algunos optan por carnes económicas como bofe o hígado para reducir costos.

Una consulta veterinaria básica oscila entre 15 y 20 dólares, y productos como champús antipulgas cuestan desde 3 dólares. Accesorios como collares y correas se encuentran a bajos precios en tiendas como Mango Bajito o Palacio del Blumer.

Desmitificando la adopción

La proteccionista aseguró que no es cierto que sea más conveniente llevar a casa a un cachorro para que se adapten a la familia y aprendan más rápido.

“Los perros adultos también se adaptan rápidamente a tu estilo de vida, y de hecho, tienen algunas ventajas sobre los bebés, por ejemplo: ya sabes cuál es su tamaño, el proceso de aprendizaje para hacer sus necesidades es más rápido, te saltas enfermedades propias de los cachorros”, indicó.  Llamó a quienes quieran dar este importante paso en su vida a comunicarse con la fundación a través de su cuenta en Instagram @famproa_oficial o al número de teléfono 0412-9894900.