La OMS recomienda que la proporción de azúcares y materias grasas no supere el 10%
JOSÉ CANINO
La obesidad es de los grandes males que padece América Latina y el Caribe, según un informe publicado por la OCDE y la FAO, que denuncia la grave situación alimentaria en toda la región. “La obesidad afecta actualmente a alrededor de un cuarto de la población en América Latina y el Caribe”, señala el informe, titulado “Perspectivas agrícolas 2019-2028”.
Se trata de una verdadera “epidemia de obesidad”, aseguró en el informe la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Ese trabajo subraya que si además de los obesos se consideran a quienes padecen de sobrepeso, están afectados el 60% de los latinoamericanos. Las tasas de sobrepeso y de obesidad, que son claramente superiores a los niveles medios mundiales desde hace más de 40 años, son comparables a los de los países de ingresos altos.
Actualmente, la región se sitúa en segunda posición en la clasificación mundial, justo después de América del Norte, precisa el documento. La Organización Mundial de la Salud (OMS), otra agencia de la ONU, recomienda que la proporción de azúcares y materias grasas no supere el 10% y el 30%, respectivamente, de las calorías totales consumidas.
Muchas incertidumbres para los próximos 10 años
Los expertos alertan también sobre la fuerte alza del consumo de proteínas de origen animal, en una región donde la dieta solía ser rica en cereales, raíces, tubérculos y legumbres. El informe destaca algunas iniciativas de políticas públicas como la limitación de la publicidad de alimentos y bebidas procesados y el etiquetado nutricional detallado en los paquetes que implementó Chile, el impuesto a los alimentos vinculado a la salud en México y la ley sobre alimentación infantil en Brasil.
El informe, calcula que el crecimiento del consumo de lentejas, habas y otras legumbres en el mundo aumentará en los próximos 10 años, así como el de carne.
Entre las muchas incertidumbres figura también la evolución de las preferencias alimentarias por cuestiones de salud, sostenibilidad y las respuestas de las políticas frente al alarmante incremento de la obesidad a escala mundial, reconocen las dos entidades, que dedican un capítulo a ese tema. El informe predice un aumento de los niveles de consumo de azúcar y aceites vegetales, lo que refleja la tendencia actual hacia alimentos preparados y más procesados, sobre todo en muchos países de ingresos bajos y medianos que se están urbanizando rápidamente.
Paralelamente es probable que la preocupación por la salud y el bienestar impulse a muchos países de ingresos más altos hacia un menor consumo de carnes rojas y a cambiar los aceites vegetales por la mantequilla. “Garantizar una senda más sostenible e inclusiva para el futuro crecimiento agrícola dependerá de los avances en las áreas de la nutrición, protección social, ambiental y apoyo a los medios de subsistencia», aconsejan los expertos.