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Alzhéimer o cáncer: lotería en los genes

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Albert Einstein decía que si tuviera una hora para resolver un problema invertiría los primeros 55 minutos en determinar la pregunta apropiada y los otros 5 en buscar la respuesta. 

Desde que oncólogos, neurólogos y psiquiatras alrededor del mundo comenzaron a notar que los pacientes que sufrían de alzhéimer, párkinson o esquizofrenia tenían un riesgo mucho menor de sufrir cáncer, entendieron que tenían entre manos una gran pregunta que podría abrir nuevos caminos para luchar contra estas dos enfermedades.

Por más de 10 años la comunidad científica ha intentado explicar esta paradoja, sin mucho éxito. Pero una posible respuesta acaba de ser presentada por el biólogo Alfonso Valencia, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de Madrid.

Luego de investigar los datos genéticos de 1.700 personas procedentes de más de 30 estudios sobre tres tipos de cáncer (colon, pulmón y próstata) y tres enfermedades del sistema nervioso central (alzhéimer, párkinson y esquizofrenia), el equipo de científicos concluyó que la respuesta que buscaba está ahí, en el ADN.

Los resultados del estudio, publicados en la revista especializada PLOS Genetics, sugieren que existen unos 74 genes cuya actividad disminuye en pacientes con enfermedades neurodegenerativas, pero aumentan en los que desarrollan cáncer.

También hallaron que existe otro grupo de 19 genes que se silencian en pacientes con cáncer pero aumentan su actividad en quienes sufren esas enfermedades del sistema nervioso central. “Hasta el 90% de los procesos biológicos que aparecen aumentados en el caso del cáncer están reprimidos en las enfermedades del sistema nervioso analizadas”, destacaron los investigadores Cesar Boullosa y Kristina Ibáñez.

Desequilibrio celular

Para los científicos, esto sugiere que los mismos mecanismos celulares que disparan el cáncer podrían estar protegiendo de sufrir alzhéimer, y al contrario. Por ejemplo, se sabe que uno de los genes identificados dentro de este grupo, PIN1, está relacionado con el proceso de plegamiento de proteínas.

Cuando se sobreactiva, el resultado es un incremento del metabolismo celular que puede desembocar en la aparición de tumores. Por el contrario, cuando la actividad de este gen se reduce, la consecuencia es una afectación de proteínas asociadas a enfermedades neurodegenerativas. ¿Qué significa al final de cuentas este descubrimiento? Que el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas son dos caras de un mismo proceso: el envejecimiento.

En algunas personas, dependiendo de su carga genética y los factores ambientales a los que esté expuesto a lo largo de su vida, el desequilibrio celular puede darse hacia el desarrollo incontrolado de tejidos (cáncer), mientras en muchos otras, ese desequilibrio está más asociado a la muerte celular y problemas en la reparación de lesiones, dando como resultado enfermedades neurodegenerativas.

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