La tercera final de un Mundial entre ambas selecciones desnivelará la balanza

Con el mítico Maracaná como escenario, Alemania y Argentina se enfrentan por la corona, un título mundial que puede refrendar la idea del juego alemán o consagrar a Lionel Messi junto a los más grandes de la historia, si triunfa la Albiceleste en Río de Janeiro. Para los alemanes, el título significa la culminación de un proceso que comenzó hace diez años, cuando entre Jurgen Klinsmann y Joachim Low se propusieron cambiar un modelo basado en el físico que, a fuerza de repetirse, se había quedado inmovilizado. Con Low al mando después del Mundial del 2006, Alemania ha sido puliendo su juego, mostrándose como un equipo atractivo, pero sin títulos. Ahora está ante su gran oportunidad, pero sin margen de error, porque después de vapulear a Brasil se le exige el título.

Para Argentina, la final supone el regreso a lo más alto, veinticuatro años después de su última presencia, en Italia y frente al mismo rival, y la confirmación de muchos de los jugadores que ya apuntaron alto con la conquista del título mundial sub 20. Y luego está Messi. Ganador de todo con el Barcelona, al mejor jugador del siglo XXI se le ha negado el acceso al Olimpo mientras no conquiste un título mundial. Debía hacerlo, además, como lo hizo Diego Maradona, cargando sobre su pequeño cuerpo con el peso de todo el fútbol de su selección.

Messi, ausente en todo el tramo final de la temporada europea, aceptó el reto y durante toda la primera fase fue el faro que condujo a Argentina a la siguiente ronda. Pero su juego se ha ido apagando y llega a la final de nuevo envuelto en dudas, tras una opaca actuación ante Holanda, que supo cómo desactivarlo. Siempre se le espera, sin embargo, y eso infunde temor en el rival, cualquiera que sea el caso, y alimenta la expectativa de su propio equipo, con la Albiceleste y el Barcelona. Un minuto de Messi puede valer un título.

Y mientras Argentina aguarda el regreso del “messías”, es el turno de los secundarios que han sostenido al equipo, del carácter de Javier Mascherano, el líder albiceleste, o de la pujanza de Ángel di María, que ha forzado la recuperación de su desgarro muscular para disputar el partido más importante de su carrera. En caso de que no llegue a tiempo, Ezequiel Lavezzi regresará al conjunto titular de Alejandro Sabella.

En Alemania, la preocupación es Mats Hummels, uno de los mejores centrales del torneo, que arrastra molestias desde la primera fase en una rodilla y que tendrá que medir su respuesta frente a la velocidad del ataque argentino; y del su pareja en la zaga Jerome Boateng, que tiene molestias en un muslo luego de la semifinal que no lo han permitido entrenar con normalidad. Obligado a llevar la iniciativa por su estilo de jugo, el conjunto alemán sabe que no encontrará tantos huecos como contra Brasil, donde por un error táctico de Luiz Felipe Scolari, los de Low se hicieron con el control del centro del campo, su punto más fuerte durante todo el Mundial.

 Probablemente, Low repetirá con Philip Lahm en el lateral, para acomodar en el centro del campo a Sami Khedira, uno de los más destacados en el Mineirazo, y a Miroslav Klose en la punta. La opción del máximo goleador de la historia de los Mundiales, le da Alemania más llegada con su potente segunda línea, con Thomas Muller, Toni Kroos y Mesut Ozil.

 Alemania contará con el apoyo de los brasileños, obligados a elegir entre el equipo que los humilló 7-1 o el máximo rival histórico, pero Maracaná será un olla albiceleste. En territorio americano, donde ningún europeo ha levantado la Copa, el factor público será clave, y ver de qué lado estará será otra interrogante no menos importante. De la respuesta alemana, del regreso de Messi o de la irrupción de alguno de los ilustres secundarios argentinos depende algo más que un título mundial; la consagración de la era Low, el legado de Sabella, que ha dejado pistas de querer dejar el cargo luego del partido de esta tarde, o la gloria de Messi.

Alineaciones probables:

Alemania: Manuel Neuer; Philipp Lahm, Jerome Boateng, Mats Hummels, Benedikt Howedes; Sami Khedira, Bastian Schweinsteiger; Thomas Muller, Toni Kroos, Mesut Ozil; y Miroslav Klose.

Argentina: Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Ezequiel Garay, Martín Demichelis, Marcos Rojo; Enzo Pérez, Lucas Biglia, Javier Mascherano, Ezequiel Lavezzi o Ángel di María; Lionel Messi y Gonzalo Higuaín.

Cuatro batallas claves

Sami Khedira y Lionel Messi

Detener a Messi será la prioridad alemana y no le dejarían ese trabajo a un solo jugador. Ha estado estudiando cómo Holanda se las arregló para mantenerlo relativamente controlado en el partido de semifinal. El defensor Benedikt Howedes dijo que era importante rodear al argentino y no dejarlo jugar en el mano a mano. Sin embargo, como Messi ha sido un armador en este Mundial, el mediocampista defensivo Khedira probablemente tenga un rol clave en contener al argentino.

Gonzalo Higuaín y Mats Hummels

El delantero albiceleste ha comenzado como titular todos los partidos de Argentina, excepto el encuentro inaugural. Aunque sólo marcó el gol de la victoria ante Bélgica en cuartos de final, sus movimientos causan muchos problemas a los defensores rivales, sacándolos de su posición para abrir espacio a que Messi clave pases amenazantes para Ezequiel Lavezzi o iniciar él mismo el camino hacia el arco.

Hummels tiene buen juego aéreo y es más versátil que su compañero de zaga Jerome Boateng. Higuaín ya salió victorioso ante Hummels en la Liga de Campeones esta temporada, cuando jugando por el Napoli anotó el primer gol de la victoria 2-1 ante el Borussia Dortmund, equipo al que pertenece el alemán.

Thomas Muller y Marcos Rojo

El atacante germano ha sido uno de los mejores jugadores del torneo, marcando cinco goles. Aparte de su velocidad y definición, tiene un excepcional entendimiento instintivo del espacio. Está invariablemente en el lugar correcto en el momento adecuado. Muller se ubica usualmente en el sector derecho del ataque de su equipo, donde el lateral izquierdo argentino Marcos Rojo realiza su férrea defensa. El defensor fue muy criticado en un inicio tras su llamado al plantel para jugar la Copa pero ha acallado las críticas con un excelente desempeño en el torneo.

Toni Kross y Javier Mascherano

Kross fue uno de los mejores jugadores alemanes en el 7-1 sobre Brasil, como lo demostró en un gran gol marcado ante los anfitriones. Es uno de los jugadores alemanes más creativos y un buen habilitador en el mediocampo, un implacable definidor y además impone su presencia física. Si juega en el costado izquierdo del mediocampo nuevamente podría caer en la zona de influencia de Mascherano, estableciendo una de las batallas clave del partido. El argentino ha sido un baluarte en el juego argentino y tuvo un rol clave en ayudar a controlar al holandés Arjen Robben en la semifinal.