Nancy Méndez asegura que el amor logra grandes resultados
“Todo comenzó por un sueño”. Así lo expresó Nancy Méndez, tras consultarle el motivo por el que ha dedicado su vida entera al teatro e incentivar en niños y jóvenes el amor por las artes escénicas. Tres décadas respaldan el trabajo que con dedicación, amor y perseverancia ha sacado adelante esta pujante cultora.
“Nací en Vargas y crecí allí, pese a que llegué hace poco a Los Teques siento que amo profundamente esta tierra porque es muy noble y hermosa, creo en la gente y en sus capacidades. Haber desenvuelto mi niñez a la orilla de la playa se convirtió en un tiempo mágico de sueños, donde comenzaron a nacer en mí todas esas inquietudes por el arte y la actuación; de alguna manera el mar me inspiraba”.
Manifestó que se caracterizó por ser una chica introvertida y por esto pasaba la mayor parte del tiempo contemplando el océano, nadando o hasta pescando. “Más allá de lo mucho que disfrutaba de eso, sentía las ganas de dejar fluir la vena que heredé de mi familia, esa en la que han predominado artistas plásticos, músicos, cantantes y afines. Pienso que por un sueño pueden comenzar las grandes cosas de la vida, yo soñaba con ser artista”.
Entre añoranzas evocó su etapa escolar, en la que fue partícipe de diversas actividades, al punto que hasta llegó a ser reina de carnaval cuando estaba en cuarto grado de primaria. Ya en la adolescencia se afianza aún más su deseo de estudiar arte dramático, recordó que para ese entonces la distracción del momento era el cine, películas de corte mexicano, y eso la motivó de lleno hacer del teatro su estilo de vida.
Sin embargo, no lo pudo concretar de inmediato, en primer lugar porque en La Guaira no había escuelas de teatro que ofrecieran a los jóvenes la oportunidad de desarrollar sus habilidades, “todas quedaban en Caracas”. Y segundo, porque al terminar bachillerato se casó y tuvo a su primera hija.
Materializando proyectos
“Tras dos años dedicada 100% a mi hogar, entré a estudiar en la Escuela Superior de Artes Escénicas Juana Sujo. Verme allí, en las clases, los talleres, sobre las tablas fue mágico; la cristalización de uno de mis más grandes sueños”.
Pero para Nancy, esa experiencia no fue suficiente, así que ingresó en el Pedagógico de Caracas, con miras a capacitarse para poder instruir a nivel educativo en materia teatral. “Siempre me han encantado los niños y jóvenes, los amo y respeto; ser docente era una necesidad y satisfacerla a través de mi otra pasión es como una bendición”.
Me inicié dictando talleres comunitarios de teatro sin fines de lucro en Vargas y luego pasé a hacer lo propio en las escuelas a finales de la década de los 90’s, ya para 2005 con la implementación de la misión La Cultura va a la Escuela, tomé más fuerza”.
Fue en 2008 cuando llegó a Los Teques, tras el deslave en Vargas se mudó a muchos lugares, pero en nuestra ciudad soltó el ancla junto a sus tres hijas. “Aquí comencé actuando de la mano de Dante Gil, con su compañía Veneteatro. Recuerdo que en la Casa de la Cultura en Los Teques, de la cual conservo muy gratos recuerdos, protagonicé una obra de Ricardo III, donde encarné el personaje de la Reina Margarita”.
Poco tiempo después, arraigada a su labor docente, se dio a la tarea de impartir clases en artes escénicas por distintos colegios de los Altos Mirandinos. Actualmente, desde octubre 2016 dicta la cátedra de Teatro Infantil en Villa Teola.
“Recuerdo que comencé con la intención de proyectar sobre las tablas el Nacimiento de Jesucristo, hoy día estoy trabajando con una puesta en escena sobre una faceta de la vida del gran Armando Reverón y estoy por comenzar con una de La Pasión de Cristo, de cara a la venidera Semana Santa”.
Su talón de Aquiles
Para la profesora Nancy, el hecho de trabajar con niños desde los 3 años de edad hasta con jóvenes de 17, implica una gran responsabilidad y por esto considera muy importante incluir en sus talleres música, canto, dibujo, manualidades y danza, para que la formación sea integral en pro de la cultura general. A su juicio, la mejor manera de obtener los mejores resultados, en ese segmento tan importante, es a través del amor sin dejar de lado la disciplina, orden, respeto y compañerismo.
“Uno como docente debe decir a sus alumnos las cosas con cariño, transmitirles afecto ofreciéndoles un abrazo de vez en cuando, porque uno no sabe qué carga traen emocionalmente. Dar tiempo de calidad no cuesta nada, invertirlo en un niño les ayuda a crecer con mejor calidad de vida engrandeciendo su autoestima, ayudar a esas semillitas a aflorar en positivo es alejarlos de los vicios y encaminarlos hacia algo productivo como la cultura, por algo ellos son nuestro futuro”.
Al preguntarle acerca de la importancia del arte para la sociedad, explicó que es un lenguaje que nos une a todos y que busca siempre expresar lo mejor de cada persona para que los que le rodean se sientan identificados ante determinadas situaciones. “Esto nos beneficia a todos, desde el intérprete hasta el espectador; debemos unirnos siempre en función de no permitir que esto tan bonito se pierda porque por lo menos en el teatro se hace desde la gente, por la gente y para la gente”.
Aprovechó la oportunidad para invitar a los padres y representantes para que se sumen a brindarle la oportunidad al arte y la cultura en la vida de sus hijos. “Sería maravilloso que ayudaran a los docentes a incentivar a los muchachos en este particular, inscribirlos en las distintas actividades que se ofrecen aquí en Los Teques; pero más allá de eso que ellos también se involucren de alguna manera porque eso lo hará saber a sus hijos que lo que están haciendo está bien porque el arte nos engrandece como personas”.MS/lb
Foto: Víctor Useche