Encontrar cauchos, lubricantes, baterías, bujías y correa para los frenos son tan solo algunos de los obstáculos que deben pasar los choferes de transporte público para seguir prestando servicios.
Denuncian que los pocos repuestos que logran conseguir son a precios exorbitantes, por lo que deben invertir hasta el triple del valor real. “Se compran para seguir circulando, porque no podemos darnos el lujo de dejar de trabajar. Todo se ha vuelto cuesta arriba”, destaca Juan Regalado, conductor. “Este no es mi carro, pero según me ha comentado mi jefe, debe llamar a muchos lugares del país para tan siquiera comprar una bujía. Hay autobuses que han estado detenidos hasta tres días”, señala Rubén González./FZ/sa/Ninoska Perdomo