Hace más de un año que viven en el Jardín Terapéutico
El baño público del Jardín Terapéutico, en el hospital Victorino Santaella, ha hecho las veces de casa para Joel Canino y su pareja, Neida Díaz, quienes llevan más de un año en el lugar a raíz del desalojo que sufrieron en su antigua casa, alquilada, en el sector La Macarena. La pareja se vio en la obligación de mudarse a las adyacencias del Jardín Terapéutico, donde se expusieron al frío, calor, a la lluvia e inseguridad; sin embargo, un trabajador de mantenimiento del lugar, al percatarse de su crítica situación, les hizo entrega de las llaves del baño para que pudieran tener un poco de resguardo. Aseguran que, desde entonces, no han tenido otra opción que permanecer en este espacio de unos 20 metros cuadrados, pues no cuentan con el apoyo de sus familiares ni el de los entes gubernamentales.
Asimismo, expresaron que, con un poco de suerte, a veces logran comer dos veces al día, puesto que no tienen cocina ni nevera, y dependen de unos amigos que en ocasiones les ofrecen sus casas para cocinar. Mientras que para asearse y lavar sus ropas, utilizan el lavamanos del baño y tienden sus vestimentas, en unas cuerdas cerca de la zona.
Y por si fuera poco…
Joel Canino es un persona incapacitada, debido a que años atrás en un incidente de robo, recibió un impacto de bala en su pierna izquierda, lo que lo inmovilizó de forma permanente; únicamente puede trasladarse en muletas. Aseveró que fue sometido a dos operaciones y necesita una tercera para mejorar la condición de su extremidad. No obstante, la situación en la que vive imposibilita esa tercera intervención, pues las precarias condiciones en las que vive representan un riesgo de contaminación de la herida y pone en jaque su recuperación.
Igualmente, subrayó que no recibe pensión por discapacidad y tampoco posee trabajo, ya que en los lugares a los cuales asiste con sus papeles, lo rechazan por su condición; y que aunque ha pedido ayuda en diversos lugares para obtener unas nuevas muletas que requiere con urgencia, esta necesidad aún persiste.
“Nos quedamos sin nada”
Por su parte, Neida Díaz manifestó que “lo que estamos viviendo es una violación a los derechos humanos; la constitución dice que toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada y nosotros vivimos como animales”. Según relató, en medio de toda la situación se encontraba estudiando en la UBV y “no tenía como costearme los estudios, pues ni para el pasaje cargaba en el bolsillo”.
Debieron vender, poco a poco, todas sus posesiones, como nevera, cocina, lavadora, comedor, muebles, televisor, entre otros; y con ese dinero la dama logró culminar su carrera y obtener su título de Lcda. en Derecho; mas hasta ahora no ha conseguido empleo, la manera en la que vive le dificulta llevar una vida normal.
Sostuvo que para poder alimentarse, expenden chucherías en el sitio donde residen, pues sin trabajo, ni pensión, todo se les ha puesto color de hormiga. “No somos los únicos que nos encontramos en situación de calle, una señora mayor y otro hombre también habitan en los alrededores del Jardín Terapéutico, ya que tampoco tienen un hogar”.
Condenados a vivir en la miseria
La pareja denuncia que a pesar de estar inscritos en La Gran Misión Vivienda desde hace más de cuatro años, y pedir reiteradamente colaboración a este ente; no han recibido más que burlas. “También hemos solicitado apoyo, en innumerables ocasiones, al Ministerio del Poder Popular para Vivienda y Habitad y a la Alcaldía de Guaicaipuro; lo que hacen es pelotearnos de un lugar a otro”, apuntó Díaz. Mencionó que han efectuado todos los trámites que les piden, y que luego de hacerlos esperar, les anuncian que no podrán llevarlos a un refugio porque todos están llenos. “Al principio, no queríamos hacer pública nuestras circunstancias adversas, pero nos vimos obligados a revelarlas ante la falta de respuesta”. Claman ayuda a los entes gubernamentales, están cansados de los constantes desaires hechos por los organismos a los que han acudido; además, necesitan un trabajo para estabilizar sus vidas y una pensión para Joel Canino por su condición física./Rosiel Martínez/ecg /Foto: Édgar Jiménez