De una posible goleada a un empate e incluso a una posible derrota. El Madrid-Barça de Miami fue un tobogán de emociones en el que casi todos acabaron contentos. Cuatro goles en 45 minutos y un sinfín de ocasiones que pudieron dejar un resultado más de waterpolo o de fútbol sala que del deporte rey.
Los azulgranas pudieron volver a ver a un equipo que apuesta por el fútbol ofensivo y las rápidas recuperaciones y que no parece tan desgastado como el Barcelona de Luis Enrique de hace sólo un par de meses.
Los blancos, por su parte, sumaron la tercera derrota en otros tantos partidos de pretemporada, pero demostraron que pronto estarán listos para ponerse a la altura de los mejores de Europa. De momento, ya sea por relajación tras ganar casi todo o por las bajas de este inicio de año, les falta un punto para ser lo que fueron hace nada.
Apenas 3 minutos tardó Messi en hacer el 1-0. El Barcelona recuperó rápido y el argentino se quedó solo ante Modric, Varane y Keylor. Recortó al primero sin gran esfuerzo y la puso lejos del alcance del costarricense con la colaboración de un Varane que desvió el esférico.
El Barça era una apisonadora y en el siguiente ataque puso el segundo. Neymar filtró un pase al centro del área, Luis Suárez la dejó pasar y Rakitic la puso cruzada lejos del alcance de Keylor. Eran los mejores minutos de un equipo que tuvo incluso dos más para hacer el tercero todavía antes de que se cumplieran los primeros diez minutos de juego.
Reacción blanca.
Pero el partido cambió. El Barcelona pegó un bajón físico y el Real Madrid creció a la contra. Kovacic se echó el equipo a la espalda y fue el autor del 1-2 cuando todavía no se había cumplido el primer cuarto de hora. El croata chutó desde la frontal y casi copió el gol de Rakitic en la otra área apenas un puñado de minutos antes.
Las fuerzas se igualaron y, si bien el Real Madrid no tiró demasiado a portería, el Barcelona sí que tuvo ocasiones de todos los colores en las botas de Messi, Neymar y Rakitic. Los azulgranas perdonarían tanto que lo acabarían pagando en un contragolpe letal de los ‘merengues’, ya al final de la primera mitad.
El Barça sacó fatal un córner y el Madrid voló comandado por Asensio. El mallorquín combinó con Kovacic y se desmarcó para recibir del croata y hacer el empate cuando aún faltaban unos cuantos minutos para el descanso.
El parón enfría el choque.
Tras el eterno paso por las duchas -el descanso duró media hora por el espectáculo de Marc Anthony-, el partido perdió la chispa, pero el Barcelona le volvió a meter fuego al encuentro con suma rapidez. Neymar colgó al área una falta y Piqué, solo, superó sin demasiada dificultad a Keylor.
Los azulgranas se crecieron con ese gol y Neymar pudo hacer el 2-4 en sendas ocasiones marradas que terminaron de culminar un partido agridulce para el brasileño, pues intentó hacer de todo para acabar yéndose por la puerta de atrás y sin la atención de las cámaras.
Incluso Luis Suárez pudo estrenarse en su ‘Clásico’ más oscuro desde que está en el Barça, pero quien verdaderamente estuvo cerca del gol fue Umtiti tras un gran centro de Aleix Vidal. El francés remató a portería vacía y Kovacic, quién si no, puso la pierna para mantener con vida a los suyos hasta el final.
Festival de Cillessen.
Llegó la hora de los cambios y el Real Madrid equilibró las fuerzas. Ante la unidad ‘B’ -en muchos casos la ‘C’-, Isco se creció y dominó, pero se topó en dos ocasiones con la mano de un salvador Cillessen. También ante Bale reaccionó con arrojo el teórico segundo portero del Barcelona en una acción que recordó al gol de Bale ante Bartra y Pinto en la final de Copa de Valencia por la rapidez con la que Bale se fue de Semedo.
El Barça también tuvo las suyas al final en los pies de un activo Aleñá, pero quien verdaderamente rozó el empate fue Dani Ceballos en un remate desde la frontal que salió besando el palo izquierdo de Cillessen.
Los de Valverde supieron aguantar para llevarse un ‘Clásico’ del verano que cumplió con todas las expectativas y dejó bastantes goles y fútbol ofensivo, pero también errores y despistes impropios de dos grandes. Vamos, el ‘Clásico’ amistoso de verano entre los grandes.
Fuente: Be Soccer