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Carlos “Espagueti” García, un caraqueño de fibra carrizaleña

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Desde muy niño disfrutaba de las caimaneras en su comunidad

 Transitar por las calles de Carrizal en compañía de nuestro personaje del día es ser testigo del aprecio y respeto que le tiene toda la gente noble de este sector de los Altos Mirandinos.

Carisma y mucha empatía comprenden el quehacer diario de Carlos “Espagueti” García, un destacado docente deportivo que ha masificado su pasión desde todos los roles que desempeña personal y profesionalmente.

Nacido en la parroquia Coche y criado en Carapita, se adentró desde los cuatro años en el mundo del deporte. “Me gustaba mucho la pelotica ‘e goma y el voleibol; de hecho, nuestra malla en la comunidad era improvisada con pabilo. Con el equipo Mopso jugué en categorías preinfantil e infantil”.

A los 14 años, se mudó a José Manuel Álvarez y cursó bachillerato en el Manuel María Villalobos. Más adelante intentó ingresar a la aviación, pero no pudo lograrlo, en su lugar entró al Pedagógico en 1984 para estudiar Educación Física, Deporte y Recreación, y se graduó en 1990 en la especialidad de voleibol. No conforme con ello, realizó una especialización en Gerencia Educativa en la UPEL en 1996.

“Comencé a trabajar en el colegio Hipocampitos, en el Villalobos y en la Unidad Educativa Rafael Urdaneta de El Vigía. Luego surgió la oportunidad de desempeñarme como coordinador de Educación Física en la Dirección General de Educación de Miranda, con tan solo 26 años de edad, fue una gran responsabilidad que afortunadamente pude enfrentar con entereza”.

Toda esa dinámica lo llevó a fundar en 2003, junto a Alfredo Bolívar y Arturo Pardo, el Instituto Municipal del Deporte y Recreación de Carrizal; así como también impulsó la creación de Criollitos de Venezuela en los Altos Mirandinos.

“Posteriormente, durante mi etapa final como educador, ingresé a la Unidad Educativa Territorio Delta Amacuro, en Barola, hasta que salí jubilado hace unos tres años. El reconocimiento y superación de mis alumnos hacen parte de mis más grandes satisfacciones”.

Constancia y disciplina

Actualmente se desempeña como presidente de la Cámara de Carrizal, cargo que también ocupó en 1998, gracias a la capacidad de trabajo y nivel de compromiso que ha asumido con las comunidades.

“Me metí en la política como a los 18 años gracias a mi suegro, la idea me agradó por la gran vinculación que tenía con los habitantes de este maravilloso municipio, quienes veían en mí las características para asumir roles en los que pudiera representarlos y por supuesto ayudarlos”.

Desde su actual rol, no deja de lado su compromiso con el deporte, pues impulsa en la medida de lo posible proyectos que guíen a los carrizaleños hacia las prácticas deportivas. “Mantengo contacto permanente con los entrenadores, pienso que el trabajo que hacen es bien significativo y hay que darles respaldo”.

Aseguró que la clave de su éxito ha sido la promoción de valores como el respeto, la mística de trabajo y la ética, pero principalmente la constancia, puntualidad y disciplina han jugado un papel preponderante en su manera de proceder, con la que además se ha ganado el cariño de la gente.

Entre los proyectos deportivos que tiene en mente, figura la construcción de un campo de fútbol que podría estar en Montañalta. Refirió que Carrizal requiere una piscina y residencias para atletas con miras a fortalecer el intercambio deportivo a nivel nacional e internacional.

“El deporte debe masificarse para que el ocio en la juventud sea erradicado, es elevado el índice de delincuencia en los chamos y eso puede atacarse si impulsamos actividades que los alejen de los vicios”.

La otra cara de la moneda

García está casado desde hace 30 años con Carolina Avilés, es padre de tres jóvenes: Alfredo José, Carlos Alfredo y Andrea Carolina; abuelo de José Alejandro y Loredana.

Aseguró que su mayor tesoro es su familia y el complemento perfecto de ello es su pasión por el deporte. “Mis dos hijos varones de alguna manera heredaron esa vena, uno practica baloncesto y el otro softbol”.

Más allá de la larga y fructífera trayectoria que tuvo como educador y la que se labró como dirigente, este simpático personaje le mete el pecho al softbol. Juega como uno de los más valiosos en la categoría máster del equipo Los Huesos, donde ocupa la posición de center field. “Me gusta estar en ese campo, lo he tomado como una actividad de recreación que me permite compartir con mis compañeros, busco siempre que haya cohesión y entendimiento en mi equipo. El año pasado nos titulamos campeones”.

Apuntó que le fascinan las labores que desempeña en su hogar. “Pretendo hacer un paréntesis para dedicar más tiempo a ello y a mi maravillosa familia. Yo crío cochinos y gallinas, eso me ha servido de apoyo económico, tengo también gran cantidad de matas de aguacate, naranja, lechoza, durazno, entre otras que disfruto mucho cuidar; ponerme mi braga y mis botas me llena porque vengo de la crianza campesina que me inculcó mi madre”.MS/ac/Foto: Iván Álvarez Vitta

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