Los alimentos de mayor costo pertenecen a las proteínas cárnicas y los derivados lácteos que se han convertido en los menos adquiridos por el pueblo, debido a las bajas posibilidades adquisitivas con las que deben subsistir semanalmente.

“Comprar carne, sea pollo, res o cerdo es muy caro, ni con todo el salario se cubre ese rubro; ahora imagínate si le incluimos los quesos y otras bebidas lácteas necesarias para la alimentación principalmente de niños y adultos de la tercera edad que necesitan mantener un buen suministro proteínico para no perder masa muscular”, explicó Oriana Mendoza, madre.

Los precios continúan aumentando incluso cuando la tasa del dólar se mantiene estable, a comienzos de año podía conseguirse la carne de res entre los $4  y $5 mientras que durante el mes de junio y a inicios de julio este precio ha superado los $8.

Los quesos blancos tienen un precio más accesible que los amarillos, sin embargo, sus costos continúan siendo poco accesibles para los compradores al situarse entre los $4 y $7 dependiendo de la pieza a elegir. /DB/at