Para nadie es un secreto que el sector de la construcción, al igual que muchos otros en el país, atraviesa un momento difícil producto de la crisis económica, pues desde la empresa más grande hasta la familia más humilde, que sueña con tener un techo donde habitar, tienen que hacer de tripas corazón para adquirir la arena, la piedra, los bloques, las cabillas y el escaso cemento.
El equipo de Avance realizó un recorrido por seis ferreterías de la capital mirandina y constató que una sola disponía del rubro a Bs. 1 millón 500 mil por saco, sin embargo, para adquirir cinco es obligatorio comprar un metro de arena lavada o de lo contrario solo venden uno por persona.
En otro establecimiento no había disponibilidad para el momento, pero hasta hace una semana si tenían a Bs. 1 millón 200 mil por saco y prevén que cuando llegue nuevamente el precio sea de Bs. 2 millones.
De acuerdo con datos de medios nacionales, cuando las empresas cementeras eran privadas la producción llegó a ser de 10,2 millones de toneladas métricas al año, lo que permitía cumplir con el abastecimiento de grandes y pequeños comercios, no obstante, para 2015 cuando ya tenían seis años nacionalizadas la producción había descendido a 5 millones 900 mil y la escasez del material comenzó a sentirse.
El entonces ministro para Hábitat y Vivienda, Ricardo Molina, dijo que la Gran Misión Vivienda Venezuela consumía 4,7 millones de la producción nacional, lo que llevó al Gobierno a recurrir a las importaciones debido a las fallas en las cementeras públicas.
Hoy en día, los ferreteros atribuyen la poca existencia del material a la alta demanda, la poca producción y a la alteración de la cadena de distribución, ya que un saco sale de cada cementera costando menos de Bs. 50 mil, pero llega a las ferreterías a más de un millón.
“Acá desde hace un año no vendemos cemento. Solo ofrecemos una mezcla preparada de 22 kilos entre arena y cemento a un millón de bolívares”, dijo el encargado de un establecimiento de la avenida Bicentenario./no