En escenario normal, el cerrador de un equipo viene a lanzar para conseguir 3 outs. Sin embargo, para unos Cachorros de Chicago que enfrentan la eliminación, y una sequía de 106 años sin ser campeón, Aroldis Chapman estaba dispuesto a extender un poco más su labor.
Hizo más que eso. El cubano trabajó por espacio de 2.2 entradas, sin permitir carreras, ponchando a 4 y realizando un total de 42 lanzamientos, que más allá de su tope personal, demostró su heroico esfuerzo en la victoria de los Cachorros.
Claro, Joe Maddon no tomó una decisión de tal magnitud de la nada, sino que consultó al apagafuego si estaba dispuesto a tener esa cantidad de trabajo. “Obviamente, le dije que estaba listo”, aseguró Chapman. “Todo lo que necesita que yo haga, o cuánto tiempo se necesite de mí para lanzar, estaba preparado para ello”.
Y vaya que el “Misil Cubano” estaba listo para exigencia. En su esfuerzo de más de 40 envíos, 19 de ellos superaron las 100 millas por hora, estableciendo una marca en postemporada en la historia de las Grandes Ligas.
“No esperaba entrar al juego tan temprano”, explicó Chapman. “Pero estaba mentalmente y físicamente preparado tan pronto como fuera posible para cuando el equipo me necesitara. Mi trabajo es la novena entrada, pero siempre aprecio que me avisen que voy a lanzar más y eso está bien para mí”.
Aunque el apagafuegos trataba de explicar que se trataba de una situación normal, el cuerpo técnico, solamente le entregó elogios a Chapman. “Cuando tienes a un sujeto que puede conseguir tantos out significativos tarde en el juego, es bastante genial”, aseguró Maddon sobre su cerrador.