En la madrugada del 6 de julio, hombres armados y encapuchados irrumpieron en la sede del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) en Caracas, rompiendo una pancarta colocada dos días antes con imágenes de periodistas presos en Venezuela.
Según el CNP, los intrusos forzaron el cerco eléctrico de la sede en la avenida Andrés Bello y amenazaron con un arma al personal de vigilancia. El secretario general del CNP-Caracas exigió respeto por los espacios democráticos y una investigación por parte de las autoridades.
El gremio calificó el acto como un ataque deliberado, no un simple delito común, que busca silenciar las denuncias sobre detenciones arbitrarias y censura.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) condenó el hecho como un atentado contra la libertad de expresión y la protesta pacífica, señalando que refleja la falta de Estado de Derecho en Venezuela y las continuas violaciones a los derechos de los periodistas.