Los comerciantes del centro de Los Teques advirtieron que el pago de los impuestos y los servicios públicos los tiene contra la pared, situación que los obliga a redoblar el trabajo sin ni siquiera poder disfrutar de un día de descanso, para obtener ingresos y mantener operativos sus negocios.
Durante el asueto de Carnaval los locales comerciales levantaron sus puertas, dejando a un lado la posibilidad de disfrutar o viajar como el resto de la población, para captar clientes y así mejorar el ritmo de sus ingresos.
Carlos Azuaje, encargado de una zapatería, aseguró que “las ventas han mejorado desde enero, pero todavía falta mucho para que el comerciante se sienta desahogado para cumplir, cómodamente, con sus obligaciones”.
“Tener un negocio no es soplar y hacer botella, menos en estos tiempos cuando la economía del país es compleja, más cuando tratan de colocar sobre la espalda de los comerciantes formales el peso impositivo o pagos de impuestos, sumando, además, el pago de personal y gastos operativos”, explicó.
Pedro Ríobueno dijo que es un deber formal tener al día la licencia, publicidad y propaganda, además de la renovación de la permisología para poder trabajar.
“No ha sido fácil, uno pide un préstamo para invertir en mercancía y termina cancelando las cuentas pendientes. Ni idea hasta cuándo podemos aguantar, esperamos que este año electoral, las promesas de los políticos favorezcan a las personas que dan fuente de trabajo”, apuntó.
Carmen Hidalgo, propietaria de un local, indicó que cifra sus esperanzas en que la economía nacional prospere en todos los ámbitos. “Necesitamos una economía mas transparente y fuera de la presión del dólar paralelo que se come a pedazos el Bolívar, moneda que cada vez más está desplazada por el dólar. La devaluación se convirtió en el denominado común, con el que debemos luchar todos los días”.