Seis familias de la parte alta en la calle principal de El Trabuco, deben ingeniárselas para preparar los alimentos, asearse y cumplir con los quehaceres del hogar ante lo extenso de los períodos en los que suelen recibir el suministro de agua.
Milagros Villegas, lugareña, detalló: “Siempre nos toca cargar tobos, pimpinas, botellones y cuanto perol podamos para tener agua en la parte de arriba. A la gente de la calle principal les llega cada veintiún días, nosotros nos valemos de lo que podemos recibir de ellos o de las cisternas que a veces contratan para abastecerse”.
Entre las formas que les suele resultar para estirar lo que almacenan, recogen agua de lluvia. Resaltó que no cuentan con tanques, sino con pipotes que muchas veces les alcanza para una semana; razón por la que piden a Hidrocapital el envío constante de cisternas o que reduzcan los ciclos para que reciban el vital líquido cada quince días o una vez por semana./MS/rp