“Resulta un poco contradictorio que importen carros y no terminen de asignar divisas para ensamblar vehículos de marcas tradicionales en el país”, afirma un empleado de un concesionario, que prefiere no revelar su identidad.

Apunta que tienen más de un año sin vender un automóvil nuevo por falta de dólares para adquirir las piezas. “Ahora nos encontramos con que van a traer 13.000 unidades chinas. Hay miles de puestos de trabajo en peligro”. Asegura que si esta situación sigue así, los dueños de concesionarios se verán en la obligación de cerrar. “A veces hay que hacer magia para cambiarle el aceite a un carro o conseguir algún repuesto”. Daritza López expresa que “yo ni loca me compró uno chino, prefiero seguir con mi cacharrita americana, los mecánicos venezolanos no saben cómo reparar esos carritos que parecen de juguete”./FZ/ac/