“El queso duro es una de las cosas que todavía se puede medio comer, pero tampoco es que lo regalen, hay que planificarse para poder comprarlo, además, puedo llevarlo en pocas cantidades no es como antes que gastaba medio kilo en dos arepas”, señaló María Andrade, ama de casa.
En los desayunos o en las cenas, este derivado lácteo se ha mantenido entre los más consumidos, sin embargo, las cantidades en las que se adquiría para la alimentación mensual, se redujo considerablemente debido al bajo ingreso con el que muchos deben sobrevivir.
“Una brisita de queso es lo que uso para sentir que no estoy comiendo masa sola, pero si te digo que puedo comer la cantidad que yo quiera, te miento, las cosas no dan para eso, hay que rendir cada cosa de la alacena al máximo”, agregó Andrade.
Al recorrer distintos comercios, pudo constatarse que el costo por kilo varía dependiendo del tipo de queso, oscilando entre los $4 y $5 el semiduro, mientras que el duro puede superar los $6. /DB/at