Desde que el coronavirus comenzó su expansión por todo el mundo, más de 40 países han pospuesto algún comicio, incluidos Francia, el Reino Unido o Sri Lanka. Otros como Estados Unidos o Nueva Zelanda se plantean si seguir adelante con las citas electorales programadas. Pero aunque al principio fue una de las naciones más castigadas por la pandemia, los ciudadanos de Corea del Sur están llamados hoy a decidir con sus votos la formación del próximo Parlamento. En total, 300 escaños a repartir entre el medio centenar de partidos –muchos de ellos minoritarios– en las primeras “coronaelecciones” del año.

Desde luego, esta no ha sido una campaña electoral tradicional. Los habituales apretones de manos han sido sustituidos por el entrechocar de los codos; los candidatos se han paseado parapetados tras una mascarilla, guardando las distancias y con guantes blancos; sus discursos, pronunciados ante pequeños grupos de seguidores en vez de durante concentraciones masivas; y en vez de hablar de salarios, creación de empleo o la amenaza nuclear del vecino norteño, un tema ha acaparado todos los focos: el coronavirus. La Vanguardia /