“Al que madruga Dios lo ayuda”. Convencidos de que este refrán es cierto, cientos de consumidores salen de sus casas desde las 4:00 de la madrugada para hacer su cola en los comercios que expenden productos regulados.
Amas de casa, padres de familia, jóvenes, discapacitados y hasta personas de la tercera edad sacrifican un reparador descanso en sus hogares y se exponen al peligro que representa hoy día estar en las calles, solo con el fin de comprar uno o dos paquetes de harina, una margarina y otros pocos artículos.
La odisea comienza desde muy temprano, hasta escuchan el cantar del gallo en los alrededores de establecimientos como el Central Madeirense de La Hoyada, San Diego, Fresco Market y Express. Ser los primeros en llegar no les garantizan que van a comprar los artículos, ya que no tienen la certeza de si ese día despachan los tan ansiados productos regulados. A medida que amanece, la cola va creciendo. Es tanta la necesidad que siendo apenas las 6:00 de la mañana, ya se pueden contar más de 200 personas en cada uno de los negocios.
Hablan los madrugadores
Una señora, que prefirió no identificarse, nos alertó por medio de las redes sociales sobre las colas “madrugadoras” en el Central Madeirense. Atendiendo su llamado, el equipo reporteril de Avance sondeo la opinión de estos consumidores.
Al parecer, la tarea de comprar no es tan sencilla, además de levantarse muy temprano, exponer la vida y aguantar una cola, hay que anotarse en una lista. Según nos reveló la informante, los compradores tienen que inscribirse en una lista que al parecer garantiza el orden de entrada al comercio.
Manifestó que a las 5:30 pm llega al establecimiento una persona de la comunidad de El Vigía con ocho planillas que tienen el sello de la Alcaldía de Guaicaipuro para apuntar a los que están en la cola. “Allí comienza el caos, porque anotan primero a los amiguitos, a los miembros de los consejos comunales y hasta a los bachaqueros”.
Dijo que los que están haciendo religiosamente la fila deben “pelear” para que les asignen un número. Aclaró que son ocho listas, en cada una de las cuales anotan a 120 personas, es decir, son distribuidas por grupos, de manera de medio mantener el orden.
Reiteró que es un despelote porque inscriben sin distinguir entre personas de la tercera edad, discapacitados y los considerados “normales”.
Confesó que es frustrante que un consumidor que marca su cola a las 5:00 de la madrugada y por suerte logra el número 100 en el listín, entre a comprar a las 6:00 pm y tan solo logre adquirir un paquete de papel sanitario porque los demás productos se acabaron. “El peor de los casos es llegar a casa sin nada”.
José Rondón, usuario de este supermercado, confirmó que lo dicho por nuestra declarante anónima y señaló que el control de las colas lo asumen los representantes del consejo comunal de El Vigía, quienes sin autorización se apoderan de la situación para ingresar a los comercios a sus allegados, sin tomar en cuentan e irrespetar a los que están esperando su turno para entrar.
Ismael González, de 67 años, madrugó para llegar al Fresko Market de Corralito y afirmó que antes de que salga el sol reparten un aproximado de 600 números. “Lo más triste es que pasamos hambre y frío, hay personas que se llevan su pancito y su café, porque si te pones a comprar un desayuno, te quedas sin adquirir los productos regulados”.
Relató que en su casa son ocho personas adultas y el más joven es él, quien cobra la pensión que no le alcanza para nada si compra a los bachaqueros. “Lo que comemos es queso y harina que es lo que rinde”.
Denunció que la semana pasada un convoy de la Guardia Nacional recorrió los alrededores del negocio llevándose a lo que allí estaban; él se escondió. Afirmó que a los detenidos los dejan botados por la autopista Caracas-Valencia y les advierten de otras sanciones si vuelven a pernoctar en los supermercados.
Cristian Fuentes, en relación con la organización de las colas, apuntó que se dan casos donde se reparten números a las 5:00 de la tarde del día anterior y el consumidor se va a su vivienda, descansa y regresa a comprar bien temprano.
Señaló que la irregularidad se presenta cuando los compradores llegan a los locales desde la madrugada y no respetan el número que la otra persona tomó el día anterior.
Añadió que es poco frecuente que los efectivos de la GNB recorran los establecimientos donde se expenden los rubros regulados. “Se han dado casos donde se llevan a los madrugadores detenidos al Destacamento 441 de Puerta Morocha”.
Fuentes está esperanzado en que esta situación en la que está el país cambie algún día, por eso todos los miércoles se levanta bien temprano a hacer su cola porque está convencido de que al que madruga, Dios lo ayuda.
Y ahora colas paralelas
Ayer se presentó una situación irregular en el Central Madeirense de San Antonio, que generó que se calentarán los ánimos entre las personas cuyos números de cédula terminaban en 4 y 5, y les correspondía comprar.
Allí se desarrolló una nueva modalidad, que es la cola paralela que se forma por detrás del establecimiento, específicamente por el área de descarga y que permite el paso privilegiado a ciertos compradores que al parecer laboran en la sede del Palacio Municipal. Se trata de funcionarios públicos, empleados del supermercado o amiguitos del personaje que decide quien entra o no.
Los más afectados con esta situación fueron los adultos mayores, quienes llevaban en la cola más de seis horas y nada que avanzaba. Así lo denunció un señor que no reveló su nombre y quien acostumbra a adquirir los productos en ese establecimiento. Dijo que es la primera vez que sucede algo así. “La cola no camina y vemos a los usuarios salir con sus artículos, eso es un irrespeto”.
Dedujo que son más de mil compradores que están desde la madrugada en el Madeirense para poder llevar algún artículo a sus hogares y nada. “Son las 5:00 de la tarde y no hemos entrado, son los vivos que hacen la cola paralela los que logran comprar”.
Informó que ayer vendieron harina, pasta, arroz, lavaplatos y detergente desde temprano hasta horas de la tarde, pero solo los privilegiados se llevaron a sus casas los tan anhelados artículos. “Aquí no repartieron ni número, ni hicieron listas ni nada, esto es un descontrol y no hay ninguna autoridad que ponga orden”.
Hizo un llamado a los representantes de la Alcaldía para que solucionen esta situación porque todos los usuarios están siendo afectados, y más las personas de la tercera edad, quienes por sus años no tienen la resistencia para soportar más de seis horas en una fila que se mueve a paso de morrocoy.
¿Decreto engavetado?
Llama la atención que por órdenes del Gobierno nacional se prohíbe la permanencia de personas en los locales comerciales. Basados en este principio, la Cámara Municipal de Guaicaipuro aprobó en agosto del año pasado el Decreto Nº FGDS-I-023 emitido por el alcalde Francisco Garcés, en el cual reza textualmente:
“Se prohíbe en las siete parroquias la pernocta, aglomeración y permanencia de personas en las adyacencias de comercios tanto públicos como privados, cuando estos se encuentren cerrados o no hayan colocado los productos a la venta”. Quienes violen el decreto se exponen a multas que oscilan entre 20 y 30 Unidades Tributarias, en conformidad con lo establecido en la Ordenanza de Convivencia Ciudadana.
Deducimos que este reglamento se quedó engavetado pues la realidad en Los Teques es muy distinta. En Carrizal hay una normativa similar, pero no se cumple, y en Los Salias también existe y se cumple a medias./Elcida Crespo/ac