Ronaldo lleva un enfado único. Y no por la derrota del Real Madrid ante el Tottenham –CR7 marcó-. Sino por la negativa de Florentino Pérez de mejorarle el contrato.
El ‘no’ del presidente a colocarlo como el mejor del mundo también en ficha, como atesora el The Best y el Balón de Oro que recogerá en breve, ha llevado a CR7 a abrir conversaciones con David Beckham, el nuevo capo de la franquicia de Miami en la MLS, club que lo espera con los brazos abiertos.
La decisión está tomada: Ronaldo no renovará con el Real, pero tampoco perdonará un céntimo.
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