MARIA LAURA DIAZ

Los hombres son la otra cara de la moneda

Cuando una pareja se divorcia y existen niños de por medio lo más común que sucede es que haya una batalla para ver quien se queda con la custodia.

En muchos casos las mujeres son las que se exponen, mostrándole al mundo el dolor que sienten, algunas haciendo quedar mal al padre y otras tanto que solo por rabia no vacilan en evitar que los papás se queden con los niños.

Sin embargo, son los hombres la otra cara de la moneda, ya que muchos de ellos a pesar de las relaciones con la mujer buscan en la medida de lo posible conseguir que se les de la custodia de sus hijos.

Esto se basa en diferentes factores, entre ellos hay una de la que poco se habla y es que hay casos en que la madre no se encuentra en una fase estable ni física ni emocionalmente para hacerse cargo del niño y es allí donde entra en juego la lucha para que la custodia se le de al hombre.

A raíz de esa situación es que comenzó la historia de un hombre, el cual desde hace más de dos años y hasta el sol de hoy se mantiene en la constante lucha por preservar la custodia de su pequeña de siete años.

Alejandro Goncalvez, de 32 años de edad tuvo a su hija en medio de una relación que parecía ser estable, pero luego de cinco años él decidió separarse de su pareja por razones que prefirió reservar, posterior a eso la madre de la niña procedió a meter la demanda para que se le diera a la menor el dinero correspondiente a la manutención.

Él respondió a la demanda, pero también contraatacó, con el objetivo de que le dieran la custodia y fue entonces el detonante para que ésta fémina enfureciera y aumentara más su deseo de separarlos.

En distintas oportunidades Alejandro duró más de un mes sin ver a su hija, ya que ella no se lo permitía. A pesar de eso él continuaba mandándole el dinero.

En un abrir y cerrar de ojos, la historia tomó otro rumbo y es que de manera repentina la estabilidad psicológica de la ex pareja de él terminó desplomándose a tal manera que intentó suicidarse, por lo que volvió también para ayudarla a sobre llevar el problema.

Meses después, ella parecía estar bien, Alejandro la notaba mucho mejor, pero otra vez sucedió un cambio que lo dejó sin palabras y aunque ya no estaban juntos, lo golpeó de manera absurda. Una noche en manos de antisociales perdió la vida.

Actualmente él tiene la custodia completa de la pequeña, sin embargo, hay momentos en los que se ha enfrentado a los abuelos maternos de la niña, pues intentan que la custodia se las den a ellos.

Alejandro comenta que las horas más largas de su vida fueron cuando tuvo que enfrentarse con abogados para conseguir por la vía legal quedarse con su hija.

** Los niños son los que más sufren

El tema de la separación afecta directamente a los pequeños, especialmente en su parte emocional. Cuando son menores a nueve años tienden a tener conductas traducidas en timidez, aislamiento o que tengan pesadillas.

También hay niños que sienten que la culpa del divorcio recae sobre ellos, igualmente si ya son adolescentes puede que tengan dificultades para aceptar que los padres se van a separar.

Los infantes crecen creyendo que la familia en las que nacieron se mantendrán de esta manera durante toda la vida, y en el momento en que se dan cuenta que eso no será así es cuando comienzan a tener sentimientos que muestran a través de sus actitudes, eso es lo que los lleva a que muchas veces busquen hacer cosas que llamen la atención de sus padres.

Lo más recomendable en esos casos es que acudan a un especialista, en donde puedan exponer los puntos, que el niño se desahogue y luego puedan buscar la manera de que el divorcio y los temas legales no los salpiquen./rp